Magic Johnson era considerado una mente maestra dentro del tabloncillo, pero, aparentemente, no es tan brillante cuando se trata de tomar decisiones fuera de él.

Y es que, a la hora de conformar la plantilla de los Lakers, su presidente de operaciones le hizo mucho daño al equipo con una de sus apuestas.

Johnson ignoró a los entrenadores cuando le tocó conformar la plantilla y decidió dejar ir a Brook Lopez y a Julius Randle, pues creía que otro jugador podía tener más impacto que ambos juntos.

En este sentido, Johnson contrató a Michael Beasley, el otrora segundo pick del Draft, con la esperanza de que liderara la segunda unidad del equipo.

Beasley prácticamente no entró en la rotación de Luke Walton y ahora ni siquiera es parte de la liga, mientras que Randle y Lopez terminaron teniendo dos de los mejores años de sus carreras.

Las apuestas son así, se gana y se pierde, pero sin lugar a dudas, esto tuvo un terrible impacto negativo en la franquicia.