Cuando los Lakers designaron a Magic Johnson como Presidente de Operaciones, se esperaba que el equipo fvolviera a sus años dorados gracias a su experticia.
Sin embargo, el antiguo base del Showtime no pudo rodear a LeBron James de talentos estelares, tomando decisiones sumamente cuestionables.
Por si esto fuera pocoo, el ejecutivo ignoró al cuerpo de entrenadores del equipo cuando le pidieron que renovara los contratos de Brook Lopez y Julius Randle.
Al hacer caso omiso de sus peticiones, Johnson firmó a Lance Stephenson, JaVale McGee y Michael Beasley, quien ya ni siquiera forma parte del equipo.
Stephenson y McGee promedian 7.2 y 11.1 puntos respectivamente, mientras que Lopez y Randle destacaron con 12.3 y 20.7.
La química del vestuario ha sido un desastre durante toda la campaña y parece que este equipo deberá sortear muchas dificultades en el verano si aspira a conseguir a un agente libre de peso.
Tal parece que uno de los principales responsables del declive de esta franquicia en la campaña fue precisamente Johnson.