Ben Roethlisberger tuvo que operarse de una lesión en el codo derecho y se terminó perdiendo casi toda la temporada 2019, solo jugó dos partidos, pero lejos de pensar en no contar con él, los Pittsburgh Steelers tienen una estrategia clara para el 2020: reconstruir la ofensiva para Big Ben.

Con la idea clara de lo que le gusta al quarterback, Mike Tomlin, entrenador en jefe, utilizó sus picks en el Draft para reforzar la ofensiva entorno a Roethlisberger. Esto estuvo más que claro con la primera selección: el receptor abierto Chase Claypool.

A la llegada del wide receiver se le suman la contratación en la agencia libre de dos alas cerradas: Eric Ebron y Vance McDonald. Los dos tienen al menos una estatura de 6 pies con 4 pulgadas, una de las preferencias de Big Ben en esta posición.

“Es realmente emocionante para un quarterback porque tienes este radio de atrapada y la posibilidad de colocar el ovoide sin que siempre deba ser perfecto. Ellos intentan hacer la jugada sobre el balón, y simplemente el puro tamaño y la competitividad, creo que será ventajoso para nosotros”, afirmó Randy Fichtner, coordinador ofensivo de los Steelers.

Todo pasará a las manos de Ben Roethlisberger, quien tendrá a disposición los tres refuerzos mencionados y dos selecciones más del Draft (el corredor Anthony McFarland Jr. y el guardia ofensivo Kevin Dotson) para empezar a reconstruir la ofensiva de los Steelers.