Si bien fue 'positivo' para el club desde lo económico, el mercado de pases de Boca dejó una sensación de desorganización en el plantel.

Pese a la designación de Nicolás Burdisso como director deportivo del club, varios puestos quedaron sin recambio y otros se superpoblaron innecesariamente.

Uno de ellos es el de arquero. Gustavo Alfaro tiene a su disposición a Esteban Andrada, Marcos Díaz y Agustín Rossi, 3 guardametas de primer nivel que serían titulares en cualquier equipo de la Superliga.

Este último sonó en Independiente y Huracán y estuvo a punto de partir a los Estados Unidos para jugar en el Minnesota United. Sin embargo, una denuncia por violencia de género radicada antes de su llegada a Boca terminó frenando el pase y el hombre que defendió el arco en el partido de ida de la final ante River quedó más que relegado en la consideración del DT, quien esperaba utilizar a Manuel Roffo como tercer arquero.

Ayer cerró el período de transferencias y el joven de apenas 23 años cayó ante la realidad: le esperan 6 meses muy duros en los que seguramente se vea relegado al tercer equipo.

Tato Aguilera reveló, tras la victoria ante San Martín de San Juan, que existe un interés de un equipo colombiano para sumar al arquero. De ser así, la pesadilla de no jugar por medio año podría desaparecer y Boca pagaría barato el costo de un mercado en el que falló la planificación.