Chile tiene la oportunidad histórica de conseguir su primer título y justamente en su casa. Santiago, y el país entero, es una inmenso mar rojo.

El Estadio Nacional de Santiago es testigo de una invasión sin precedentes, unos 45 mil chilenos acuden al estadio en forma masiva, pero además, inundan cada rincón del territorio. Llevan la Roja puesta, pero, además, una ilusión enorme.

Argentina llega en silencio, aunque con un Caballo de Troya. Con 11 soldados y otros tantos que se meterán en este clima adverso, de incógnitos, pero con la certeza del fútbol. Y con ellos unos 2 mil valientes de apoyo, que intentarán dar una luz en el infierno, para que el hostigamiento se sienta un poco más a gusto, para que esos 11 sepan que no están solos.

Así están los alrededores del Estadio Nacional de Santiago:

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