Los 22 protagonistas ya pisan el césped del Santiago Bernabéu y la final de la Copa Libertadores en España es una realidad.

 

Y si bien la Conmebol y la Real Federación Española de Fútbol consiguieron llevarse el Superclásico para aquellas tierras hay algo que no pudieron comprar, y es el color de los estadios argentinos.

Así es, el recibimiento fue muy tibio, sólo con hinchas cantando, nada de banderas, ni papelitos, ni fuegos artificiales. Luego, sonó el himno y lo entonó todo el estadio como si se tratara de un partido de la Selección Argentina.

Lamentable, demasiado poco para un partido de esta importancia y categoría.