Hay momentos que definen la carrera de un jugador. Y hay jugadores que tienen distintos momentos definitorios a lo largo de los años. LeBron James es uno de ellos, y en la NBA tuvo un partido con Miami Heat, el cual pudo cambiar su futuro como jugador, un 7  de junio de 2012. 

James era integrante del Heat y formaba un big three junto a Dwayne Wade y Chris Bosh, que se habían juntado hace una temporada para ganar campeonatos. En 2011 fracasaron estrepitosamente ante unos Mavericks de Dirk Noiwtzki que eran claramente inferiores, y el Rey tuvo unas finales para el olvido. 

Al año siguiente, llegaron a las finales de la Conferencia Este que fueron contra los Boston Celtics de Kevin Garnett, Paul Pierce y Ray Allen. El primer equipo moderno en juntar estrellas, y una de las razones por las que LeBron tuvo que mudarse a Florida para competir por el anillo. La serie se encontraba 3-2 a favor del equipo verde, y el futuro de "The King" si perdía ese partido definitorio, se volvía difuso, más teniendo en cuenta la cantidad de críticas que recibía...

La noche de LeBron James

Con su legado en juego y con todo el mundo mirando, LeBron James no decepcionó ni un poco. Desde el inicio fue súper agresivo y ya en el primer cuarto, sacaría una ventaja que Boston nunca podría recuperar. Terminó con 45 puntos, 15 rebotes y 6 asistencias, en un partido que, teniendo en cuenta el contexto, esta entre los mejores que jugó en su carrera NBA. 

Luego de forzar y ganar el game 7 ante Boston Celtics, el portador del #6 y Miami se encargarían de vencer en las finales de la NBA a Oklahoma City Thunder, que contaba con Kevin Durant, Russell Westbrook y James Harden como figuras, aunque jóvenes e inexpertas. 4-1 fue el resultado final de la serie, y LeBron pudo por fin levantar el trofeo Larry O'Brien.