Las finales de los Playoffs de la NBA de 2016 fueron históricas. De un lado, los Warriors de Stephen Curry, Klay Thompson y Draymond Green, que venían de la mejor temporada regular de la historia con récord de 73-9, y del otro, los Cavaliers de LeBron James y Kyrie Irving. Era la revancha de las finales anteriores, que se las llevó Golden State. 

La cosa no arrancó bien para el equipo del Rey. GSW venía de vencer 4-3 al Thunder de Westbrook y Durant y arrancó en llamas, ganándo el primer juego 104 a 89, el segundo 110 a 77 y el cuarto 108 a 97. El tercero fue de los Cavs por 120 a 90. 

Así, la serie quedó 3 a 1 en favor del equipo del MVP de esa temporada, Steph Curry. La victoria era algo casi seguro, ya que hasta en ese entonces, el equipo que iba 3-1 arriba en las finales, había ganado 32 veces y jamás había perdido. Hasta ese momento, hasta esas finales.

El partido que marcó a LeBron James

De esta manera, con la moral por el piso, LeBron e Irving no se rindieron y ganaro el quinto y sexto juego por 112 a 97 y 115 a 101 respectivamente. De esa manera, forzaron un séptimo juego que se jugó el 19 de junio de 2016 en el Oracle Arena de Golden State.

Un partido lleno de momentos icónicos. Pero hay dos que fueron claves. Con el juego igualado en 89 y a falta de dos minutos, GSW inició un contragolpe que terminó con un taponazo de The King (27 puntos, 11 rebotes y 11 asistencias) a Andre Iguodala para mantener la igualdad. Luego, a falta de menos de un minuto, el triple de Kyrie Irving sobre Curry le daría la ventaja definitiva a Cleveland, que lograba la hazaña histórica y conseguía su primer anillo de la NBA en 52 años.