El mundo del fútbol se convirtió en un negocio millonario que hace unos 30 o 40 años era algo totalmente impensado. Si bien, los futbolistas tenían buenos sueldos y existían transferencias que se contaban en millones de dólares, lo que se vive por estos días con cláusulas de salida de más de 100 o 200 millones de dólares es una clara muestra del rumbo que tomó el fútbol luego de un fallo judicial histórico el cual se conoció como Ley Bosman.

Jean-Marc Bosman fue un mediocampista belga que no logró destacarse a nivel mundial. Se inició en Standard Lieja de su Bélgica natal y allí se desempeñó en los primeros años de su trayectoria hasta que en 1990 todo cambió. El club quiso bajar su salario un 25%, él se negó y optó por salir libre. Cuando advirtió que pasaría al Dunkerque de Francia cuando quede libre, el club que lo vio nacer le solicitó 800 mil dólares, dinero que no desembolsó el club francés y que trajo consecuencias que cambiaron al fútbol europeo -y mundial- para siempre.

La Ley Bosman

Tras denunciar al Standard Lieja, la Federación Belga de Fútbol y a la UEFA ante el Tribunal de Justicia de la UE, se determinó -en el año 1995- que los futbolistas comunitarios europeos -nacidos en continente europeo o con ciudadanía- puedan circular libremente entre clubes una vez que queden libres. Eso trajo consecuencias que cambiaron el curso del fútbol. Anteriormente, cada equipo podía tener solamente tres jugadores extranjeros, algo totalmente impensado en los días que corren.

Bosman. (Foto: IMAGO).

Un mártir

Años después de la sanción de la Ley Bosman, el principal responsable de haber logrado ese hito en el fútbol afirmó: “Ya no queda ni rastro de los 280 000 euros, todos los clubes me rechazaron, me convertí en una persona non grata. Sufrí el boicot del fútbol, para mí fue una catástrofre”. Cabe destacar que Bosman continuó jugando al fútbol y que en 1996 se retiró en CS Visé de Bélgica.

Bosman en Standard Lieja. (Foto: IMAGO).

Bancarrota, alcoholismo y prisión

No haber podido tener una carrera futbolística convencional hizo que Bosman no logre hacer una diferencia económica. Inclusive, por el juicio que ganó cobró 280 mil euros de los cuales no guardó nada. Por otro lado, Jean-Marc Bosman padeció depresión y eso estuvo acompañado del alcoholismo.

Justamente por esa adicción fue que también tuvo problemas legales producto de una denuncia que recibió por violencia de parte de quien era su esposa. Bosman fue condenado en 2013 por la causa de violencia sucedida en 2011 y fue condenado a un año de cárcel.

La contracara de la Ley Bosman

Están quienes consideran que la Ley Bosman fue de gran ayuda para el mundo del fútbol en general y para los jugadores en particular. Pero tantos otros creen que ese fue el puntapié para que el fútbol se convierta en un gran negocio y pierda esa esencia amateur que tanta pasión despertó a lo largo del mundo por décadas. Por otro lado, los jugadores -muchas veces mal guiados por sus representantes- especulan con la posibilidad de quedar libres y así poder fichar más fácilmente por otros clubes que ofrecen mejores salarios.