Lejos quedó en el tiempo aquella irrupción de Ansu Fati en el Barcelona, allá por 2019. Poco queda hoy de aquel chico salido de La Masía que supo reunir méritos suficientes para heredar la mítica “10” de Lionel Messi y ser señalado como su sucesor. Tres años pasaron desde aquella elección y, contra todo pronóstico, una serie de factores lo llevaron a perder más del 90% de su valor de mercado.
Luego de una temporada brillando junto a Leo, y un total de 17 goles en 52 partidos, Ansu parecía listo para tomar la posta. Todo indicaba que se trataba de una bendición, pero terminó convirtiéndose en una pesadilla. Su condición de heredero quedó apenas como una anécdota.
El privilegio de llevar la ’10’ llegó cuando su cotización rozaba los 80 millones. Barcelona lo blindó con una cláusula de mil millones, proyectando un futuro con él como bandera. Pero la presión fue demasiado. Se adueñó de su cabeza y empezó a pasar factura: lesiones constantes lo alejaron del protagonismo.
El principio del fin se consolidó en 2023, cuando decidió cambiar de aire y se marchó a préstamo al Brighton de Inglaterra. Su paso por Inglaterra fue opaco, y volvió a España lejos de aquel que prometía marcar una era. Pasó de la titularidad garantizada a tan solo disputar un seis por ciento de los minutos posibles en esta temporada. El mercado le pasó factura: su ficha, que llegó a ser de oro, hoy vale apenas 5 millones de euros.
Así, sin escalas ni matices. Hoy sigue siendo el dueño de la 10 que alguna vez brilló en el Camp Nou, pero los focos apuntan a Lamine Yamal, el nuevo “Proyecto Messi”, quien de vez en cuando le cede el lugar en los últimos minutos de cada partido.
Tanto Xavi Hernández como Hansi Flick intentaron recuperar al niño prodigio, pero la chispa parece haberse apagado y su rendimiento no convenció a ninguno de los dos. Tan solo diez partidos son los que lleva disputados esta temporada, sin participación directa de gol.
Los clubes que alguna vez lo pretendieron ya no llaman. Al punto que su representante Jorge Mendes se encuentra intentando entablar negociaciones con clubes. En ese contexto, el fútbol árabe aparece como única alternativa para reencontrarse con la continuidad. Pero ya no se trata de esos sondeos millonarios que hace cinco años parecían inevitables.
De ser el sucesor a buscarle salida
Según iinformó el diario Sport en los últimos días, Barcelona va a intentar conseguir una salida definitiva del jugador. Sin embargo, siendo consciente de la caída que tuvo en su rendimiento, “lo hará con tacto, ayudándole y solo se realizarán movimientos una vez finalice la temporada”. Incluso, se baraja la opción de plantearle la chance de rescindir su contrato, el cual se extiende hasta 2027.
