José Mourinho supo convertirse en uno de los entrenadores más codiciados de Europa por su talento para dirigir a los gigantes y su apabullante personalidad. Sin embargo, no todos los futbolistas bajo sus órdenes se sintieron cómodos con el estilo del portugués.
Uno de ellos fue Paul Pogba, que este jueves recordó cuando compartió equipo con Mou en Manchester United. Entre 2016 y 2019, el actual DT de Fenerbahce estuvo al frente de los Diablos Rojos con el mediocampista francés como una de las máximas figuras.
En ese entonces, el campeón del mundo en Rusia 2018 había regresado desde Juventus para su segunda etapa en el club inglés. Aunque llegó como indiscutido, fue perdiendo lugar en la consideración del portugués.
“Era un jugador con un rol importante en el equipo y de repente me vi en el banquillo. Caí en una fuerte depresión sin darme cuenta. Nadie nos enseña cómo lidiar con la depresión. Incluso se me empezó a caer el pelo por el estrés“, confesó el volante.
Con tres títulos bajo el brazo, incluyendo una Europa League, Mourinho se marchó del equipo tras las tres campañas, mientras que Pogba continuó en el club por tres temporadas más. Aunque consiguió regularidad por momentos, las lesiones lo acecharon y no ganó más trofeos desde la salida del portugués.
Pogba, cerca de volver al fútbol
El mediocampista francés había sido sancionado por consumo de un tipo de esteroides. Originalmente, la pena había sido de 4 años, pero luego se la redujeron a solo 18 meses. En marzo cumplió la suspensión y ya está habilitado para volver, aunque no se apura en decidir con qué camiseta.
“Si hubiera tardado cuatro años en volver a jugar, probablemente hubiera dejado el fútbol. No es algo que quise decir públicamente, pero realmente fue algo que se me pasó por la cabeza… Lo único que puedo decir es que no puedo esperar a volver a jugar”, confesó en GQ.
Y continuó: “Ha pasado mucho tiempo desde mi último partido y quiero ver qué es lo que me conviene más. Es un momento muy importante en mi carrera y en mi vida personal y voy a tomarme el tiempo necesario para saber cuál es la mejor decisión No quería quedarme en Turín. Por la mañana llevaba a mis hijos al colegio, justo al lado del centro de entrenamiento, y era un suplicio. Todo lo que me pasó me cambió. Me limpió y me mostró la vida real. Pero de repente envejecí diez años”.
