Desde el momento en que se sorteó el fixture de la Liga Profesional y que se confirmó el pase de Boca a los octavos de final de la Copa Libertadores, era sabido que el Xeneize pondría suplentes ante Banfield al ser el partido local que se encontraba en medio de la serie de octavos, donde los de Sebastián Battaglia se están enfrentando a Corinthians.

Sin embargo, ni el más pesimista hincha de Boca iba a pensar que Banfield lo golearía de local por 3 a 0 por un pésimo primer tiempo en el cual ninguno de los futbolistas xeneizes iban a estar a la altura y que tampoco tuvo mucha mejoría en el complemento. Con un Javier García mal en los tiempos en el arco, la defensa juvenil integrada por Weigandt, Aranda, Ávila y Sández en un flojo nivel, y una ofensiva igual de floja con la excepción de Aaron Molinas, quien fue el único que cumplió en el equipo y demostró buen nivel.

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También hubo gran mérito del Taladro, equipo que aprovechando que Battaglia puso suplentes para enfrentarlos se lució y liquidó el asunto en el primer tiempo gracias al golazo de Giuliano Galoppo de vólea y el doblete de Ramiro Enrique, el hijo del histórico “Negro” Enrique, campeón del mundo en 1986 con la Selección Argentina.

Además de los dos pibes de Banfield, otros juveniles como Agustín Urzi y Matías González, junto con la experiencia de Nicolás Domingo y de Alejandro Cabrera también completaron una brillante actuación para los dirigidos por Claudio Vivas, quienes momentáneamente se subieron al podio de la Liga Profesional con 11 puntos.

Boca, así, sumó su segunda derrota como local de manera consecutiva en el ámbito nacional, ya que la fecha pasada, también con suplentes, cayó ante Unión en la última jugada del partido. Con los titulares, el rendimiento es distinto y quedó demostrado en Brasil el pasado martes. Y de esa misma forma será el duelo de vuelta ante Corinthians este próximo martes en Brandsen 805. Si algo quedó claro en este partido frente a Banfield, es que Boca tiene la cabeza en la Libertadores.