En lo que son las primeras fechas en la historia del fútbol argentino con el VAR, las acciones polémicas no tardaron en aparecer. Sin ir más lejos, entre lo sucedido con River en Banfield y con Boca ante Lanús el fin de semana ya despertaron alarmas por las preocupantes decisiones arbitrales que han ido ocurriendo.

En concreto, tras el error en el Florencio Sola que perjudicó al Taladro, el mandamás del arbitraje argentino, Federico Beligoy, salió a pedirle disculpas a los hinchas de Banfield admitiendo la equivocación humana en el uso de la tecnología aplicada en un penal que no fue. Y solo un día más tarde de esta redención de Beligoy, en el partido entre Huracán y Colón también se cometió un error que condicionó el resultado al anularle el gol a Ramón Ábila que hubiese supuesto la victoria para el Sabalero.

Y para no perder el ritmo con esa sucesión de hechos bochornosos por parte del arbitraje nacional, en el encuentro entre Patronato y Racing también se dio una polémica que condicionó el partido.

La Academia arrancó ganando con un golazo de Javier Correa pero la ventaja le duró poco porque el local se puso el partido en parda solo cinco minutos después. Sin embargo, sobre el final del primer tiempo, los de Gago tuvieron la chance de volver a ponerse en ventaja producto de un penal que fue completamente inexistente.

En un córner a favor de Racing, Óliver Benítez estaba marcando a Lucas Orban, y cuando la pelota ya se perdía por el fondo y se iba al lateral a favor del Patrón, el forcejeo entre ambos jugadores terminó con el de la visita en el suelo, a lo que el árbitro Facundo Tello no dudó y cobró penal, sin siquiera esperar a una revisión del VAR conducido por Ariel Penel. Así, Matías Rojas convirtió el tiro desde los doce pasos en el gol que inclinó del todo la balanza para Racing.