Se le nota. Todo se le nota. Cuando habla de fútbol, de su historia, de su pasado, el tono cambia, habla más lento, más pausado, con un dolor que permanece ahí, inconcluso. Todo lo que dice lo siente. También se hace evidente cuando un tema lo aburre o está cansado de responder siempre lo mismo.

Pero cuando habla de su faceta artística, Brian Sarmiento habla y sonríe al mismo tiempo. Las palabras salen de su boca como si armaran una melodía en el aire. Es un mundo nuevo que lo tiene fascinado y que, con su experiencia en el fútbol, no lo sorprende porque conoce todos los vericuetos, explica en una charla con BOLAVIP.

En realidad, ya no es tan nuevo. Porque desde aquel debut junto con Sol Pérez en la pista del Bailando por un sueño allá por el 2017 hasta hoy pasaron no sólo seis años. Pasó otro Bailando, pero esta vez como bailarín principal. Pasaron infinidad de invitaciones a programas de TV, incluyendo un paso por el living de Susana Giménez y también su primera temporada de teatro en Mar del Plata. También su debut como columnista de televisión y varios programas por streaming.

Sole Bayona y Brian en el último Bailando. Foto IG.

Pasaron dos retiros del fútbol, aunque él parece no haberse despedido del todo. De hecho, lo aclara: todavía no le dijo chau definitivamente. Y hay un porqué.

“Si me llama Julio (Falcioni) para ir a Banfield, vuelvo y vuelvo bien. Porque aparte, a mí lo que me dio el baile… Me hizo otro cuerpo. Y ya no tengo esos dolores que tenía en el fútbol, tengo otro estilo de músculos, más elásticos, más ágiles. Y también tomarte unas vacaciones te hace bien. Yo creo que si vuelvo, haría mucho quilombo porque vuelvo totalmente renovado sabiendo toda la mierda que hay. Pero aceptándola y tratando de que no me afecte mucho, entonces jugaría muy relajado”, se anticipa.

Habla de toda la mierda que hay. Lo dice, lo repite, lo remarca. Porque lo vivió, porque lo sufrió y porque ese dolor lo tiene enquistado ahí donde quedan las cuentas pendientes. Lo que no fue, lo que pudo ser, lo que no debió ser. Ahora, con apenas 33 años, siente que aprendió de la peor manera lo bueno y lo malo de ser futbolista.

En Banfield, donde nació el “Tamo Activo”. Foto archivo.

“Lo hablaba el otro día con mis amigos y uno me dijo ‘Brian, ¿cómo querés que te recuerden en el fútbol?’. Y fue muy buena la pregunta. ¿El que me decían que era el nuevo Messi y quedó en el camino? ¿El que, por más que quedó en el camino, después siguió jugando y cumplió su sueño de jugar con la 10 de Newell’s? ¿El reinventado? Y dije… No, ¿sabés cómo quiero que me recuerden? Como el pionero de que se muestren tal cual son, porque son personas como todo el mundo. Y quiero que se me recuerde de esa manera, del que se la bancó y se mostró tal cual fue, genuino y sin importarle cómo lo juzga la gente, sino siendo uno feliz y demostrando después los fines de semana. Y creo que soy el pionero de eso porque me comí toda la mierda posible, en todos los sentidos.
Y después salieron un montón tocando la guitarra, salieron un montón que cantaban, salieron un montón que decían que también les gustaba salir a un bar y no tener que esconderse. Y eso a mí me llena de orgullo saber que todo lo que sufrí valió la pena”.

-¿Quién tiene la culpa de que el jugador de fútbol sea así? ¿El dirigente, los hinchas, el mismo jugador? -Yo creo que es el mismo jugador es el que tiene la culpa. Yo me echo la culpa, ¿no? Pero te van metiendo en esa burbuja desde muy chiquito y vos pensás que esa es la vida y entonces, cuando viene un rebelde que es curioso y que habla con otra gente de otro rubro, empezás a ver la vida de otra manera. No le gusta eso a la gente del poder, a los representantes, a los dirigentes. A mí me da mucha satisfacción poder hablarlo y decirlo. Y saber que te puede traer problemas, pero yo me voy a entrenar y el fin de semana la voy a explotar para que vos no tengas excusa para sacarme y me vas a tener que fumar de la manera que soy. Como muy loco y a mí me divierte.

-¿Te inspiró alguien? ¿Hay alguien que te haya dicho che pero es por acá?
-Yo lo tengo acá atrás (señala una imagen de Diego Maradona en la pared) . Un revolucionario del mundo, de la vida, del país, del fútbol, del futbolista. Yo tuve la suerte de no caer en lo que cayó él, que son las tentaciones, te pueden llevar a la droga. Y yo me crié con la droga ahí y no por eso voy a agarrarla. Y esto nunca lo conté en ninguna entrevista, pero el ejemplo mío fue uno de mis hermanos que estaba metido en ese ambiente y él me llevó a todos los lugares y les dijo ‘si yo llego a ver que alguien le vende algo, le convida o le da algo se pudre todo’, y él me mostró en carne propia lo que puede llegar a ser una persona bajo los efectos de la droga. E so me sirvió un montón, yo tuve la suerte de no caer en ninguna de esas cosas pero sí estar como en una línea muy fina , si no te acompañan, vos podés ser muy fuerte pero se hace muy difícil el camino por todos los tiburones que hay en el proceso, ¿viste?

La entrevista completa a Brian Sarmiento en BOLAVIP:

Su carrera y los ojos abiertos

Un club. Un contrato. Un representante. Una familia. Un sueño que no fue tal. Brian cuenta su historia de a retazos. Hay puntos que van uniendo a los protagonistas pero él prefiere que esos espacios en blanco los completen aquellos que lo escuchan. A buen entendedor, dicen. Lo cierto es que en aquel 2007, cuando Sarmiento era una de las revelaciones de Estudiantes y todos esperaban verlo brillar en la Sub 17 que debía disputar el Sudamericano de la categoría, su camino se torció.

A sus 17 años llegó a España. Al principio pudo jugar poco. Archivo.

Se lo llevaron a España bajo patria potestad, pero el litigio entre el Pincha y la FIFA le impidió jugar 18 meses. No había piques, ni gambetas, ni picardía. Sólo una espera larga y angustiante y un talento en pausa. Tampoco pudo jugar con la Selección, algo que aún le duele. Se lo llevaron de acá para allá, sin demasiadas explicaciones y siendo aún un pibito ilusionado, esperando que por fin diera sus réditos, como si se tratara de pura mercancía. Por eso él les dice Tiburones.

-¿Sentís que hiciste la carrera que podías hacer?

A mí se me decía que era el nuevo Messi y… y yo la verdad que me veía como el mejor. Cuando me fui a España dije ‘yo vengo a jugar a la pelota, como lo hice siempre’. Después, la realidad del fútbol y de los tiburones, que lo único que quieren es sacarte todo el jugo posible y no te miran como ese niño que sabe jugar al fútbol. Para llegar a esos niveles tenés que ser muy fuerte de la cabeza. En vez de protegerte y cuidarte y hacerte mejor persona, lo único que quieren es exprimirte. Y esos tiburones son los que quiero ir eliminando, abrirle los ojos a los chicos, que me escuchen. Eso es lo que a mí me motiva y que no me da miedo. He recibido amenazas y me han apretado en la calle. A mí no me importa. Yo me crié en un barrio y yo sé lo que es la oscuridad. Entonces, poder dar una mano a alguien, con uno que me escuche, yo ya estoy ganando.

-¿Te arrepentís de haberte ido a España tan chico?

-Sí. No es que me arrepiento, sí me da bronca porque yo no me quería ir. No fue una decisión mía. Te puedo hablar desde el dolor. Mi vida yo la veía en Estudiantes varios años, triunfando en Primera, y después sí irme. Sabía que no era un jugador de la media. Sí que me duele hoy pensarlo, creo que hubiese sido de otra manera, más equilibrada para mí.

-¿Entendés a los jugadores que toman la decisión de irse tan jóvenes?

-Es que va todo de la mano. Yo no los juzgo a esos chicos porque seguramente les habrá pasado lo mismo que me pasó a mí, que me dijeron “tenés que firmar contrato porque sino no viajás con la Selección”. Pero estás ofreciendo 600 pesos por un contrato de cuatro años. ¿Y sabés lo que dijo? “Yo lo saqué de la villa, tiene que firmar lo que yo quiera”. Seguramente los chicos que se van pasen por la misma situación. Se los juzga a los que se van. ¿Por qué no hablan con los dirigentes del club? Porque si los dirigentes del club -estoy más que seguro- te apoyan, el jugador no se va por nada, por nada ni por nadie se va. Pero te obligan.

Un Sarmiento auténtico, rodeado de chicos de Newell’s. Foto IG.

“Un pibe, rehén del mercado”, titulaba Clarín en 2007 cuando Brian se fue de Estudiantes. Sarmiento quedó en medio del litigio entre Estudiantes, la FIFA, el TAS (hasta hubo allanamientos en la sede del club en busca de documentación), sus deseos, la necesidad de su familia. Y algo más.

Está el factor más mierda que existe, que son los representantes . Porque la cuenta es muy clarita. Y voy a dar nombres porque me interesa decirlo. Cuando yo estaba en Estudiantes tenía toda la protección de los dirigentes. Del club en sí, pensión, nivel de entrenamiento, psicológico. Después estaba la contención familiar, que no me podían venir a ver nunca a La Plata, porque son de Rosario y salía 25 pesos el pasaje de colectivo. Y esa contención no la tenía. ¿Qué pasa?”. Da un nombre, que ya dijo varias veces. Lo menciona a quien era su representante.

“Viene Ronald Baroni y dice: ‘Este pibe extraña a la familia. Entonces, ¿qué hago? Le compro la familia primero’. Entonces, la protección de la familia ya no la tenés, ya está comprada por el sistema. El va a decirle ‘si nos vamos a Europa va a ser mucho mejor, va a ganar más’. ¿Y qué va a hacer la familia? Va a decir que sí. Y después el tacto de los dirigentes, de sentarte y decirte ‘Brian, ¿sabés lo que pasa? Este está comprando a éste porque éste se va a llevar esta guita y el que va a quedar en el medio sos vos. Entonces, hagamos una cosa. ¿Qué necesitas vos para estar bien?’. O te la puedo cantar al revés: ‘Sí, llevatelo, yo no quiero quedar mal porque tengo elecciones, pero repartí la que vas a ganar’. Y hacen todo un negocio y se están olvidando… ‘¡Ey, hola, estoy acá! Yo voy a crecer en el fútbol, voy a tener una familia, voy a tener que vivir y se me termina la carrera a los 34 años y voy a tener que seguir viviendo y qué hago después’. Es un cúmulo de cosas y de mierdas que vos las vas analizando después.

Por eso, dice, entiende a los pibes que en el tironeo, en la duda, en el no saber en realidad qué está pasando, en el deseo de jugar y alejarse, deciden irse. Y lo usa de ejemplo a Claudio Echeverri, el delantero de River. Aquellas declaraciones luego de lograr el Trofeo de Campeones cuando aseguró que no iba a renovar lo expusieron y generaron bronca en el hincha. Sarmiento lo entiende.

“Después el que queda mal es el jugador, que se va con 18, 17 años. Al Diablito Echeverri lo silbaban los hinchas de River. El día que se agarra el pecho, yo lo miro, yo observo de otra manera a los jugadores y digo: no le pasa nada en el corazón, le agarra un ataque de pánico. Y después el médico, al otro día, da el informe médico y le había pasado eso. Imaginate, un chico con 17 años que viene del Chaco, tiene 200 hermanos, 200 primos, 300 tíos, y se ve él como cabeza de familia, teniendo que mantener a todos y aparte tener que ser el mejor en la Selección, tenes que ser el mejor en el entrenamiento, y tenés que ser el mejor los domingos. Y si no tenes la protección del club y de tu familia… Llega un momento en que decís ‘me voy a la mierda, que se mueran todos’. No querés saber nada de nadie. Ni de los dirigentes, ni de los técnicos, ni de nadie. Y ahí empezás en el círculo de… ‘¿para, esto es lo que yo soñé? ¿Esto es para lo que yo dejé toda mi vida? Y es complicado“.

Sarmiento, el fútbol y las cámaras. Archivo.

¿Vos en qué momento hiciste el click y te diste cuenta de eso?

-Cuando nace mi hija y me quiero ir a comprar un departamento. Yo estaba viviendo en Puerto Madero y dije bueno, me voy a comprar el departamento y me doy una vuelta a ver la plata que había y el del banco me dijo ‘Brian, estás por quedar en números rojos’. Y yo hacía cinco años y medio que jugaba en Europa. Y había salido campeón con el Xerez, habíamos clasificado el primer año a Copa de UEFA con el Racing de Santander, jugué tres años más cobrando mucho dinero y fue como… ¿Y esto, qué pasó?

Fue su segundo sacudón en poco tiempo. Había regresado al país para jugar en Racing y se encontró con que sus cuentas estaban prácticamente vacías. Empezó a hacerse preguntas, porque no entendía cómo, sin haber gastado demasiado, sus ahorros habían desaparecido. “¿Y qué tengo que hacer? ¿Con quién tengo que hablar? ¿Cómo se paga esto? ¿Cómo se recibe dinero? ¿Dónde está la plata? Dije acá hay algo raro“.

“Y ahí hice el click. Acá tengo que crecer. Tengo que ver cuánto me pagan, qué es lo que me pagan, qué puedo comprar, qué no puedo comprar. Y me llevó mucho tiempo aprender, uno está seteado para jugar a la pelota, entrenar, alimentarse, dormir , jugar los fines de semana y ser el mejor. Pero no te enseñaron a hacer negocios, a poner un plazo fijo. Fue un aprendizaje que me costó el nivel futbolístico, hasta que me pude acomodar, pero pasaron 26 años de mi vida. Y ya la plata no empieza a ser la misma, y las deudas empiezan a ser grandes, y ya los clubes te empiezan a cagar porque te deben cuatro meses y si te quieren ir dejás los cuatro meses, entonces cobraste dos de los seis que jugaste. Vas al otro club, cobrás dos meses y te hacen lo mismo. Y entrás en una bola. Yo siempre que hablo de fútbol hablo desde el amor. De lo que me hizo sentir a mí, como persona y como ser humano. Y no me entra en la cabeza cómo los que están en el poder no se ponen a pensar en eso”.

Habla y casi no respira. Expulsa lo que siente, lo que vivió, porque no quiere que otros lo pasen. Sabe que en muchos clubes debe haber infinidad de pibes con sueños gigantes y frustraciones que pueden ser aún más grandes.

¿Te contactan jugadores jóvenes o que están en actividad para consultarte por estas cosas?

-Nadie.
-¿Nadie?

-No los dejan. ‘No lo mirés a Brian, qué va a decir ese loquito, un fiestero. Mirá si le vas a hacer caso’. Pero estamos trabajando junto con mi abogado y con mi hermano y con una gente que tiene ganas de invertir en todo esto del acompañamiento al futbolista y se van a venir grandes cambios. Se van a venir grandes cambios y se van a querer matar varios.

-¿Pensaste en ser representante para intentar hacer ‘las cosas bien’?
-No, yo no voy a ser representante. Yo lo que voy a hacer es guiarlos para que no se queden sin un peso. Porque en realidad después lo único que te queda en el fútbol es lo que te queda económicamente en el banco, porque no se olviden que a Messi lo puteaban.

-¿A quién te hubiese gustado ayudar?

-A Ricardo Centurión.

-Pero no tuviste mucha onda con él.

-Sí, yo lo quiero mucho. Nada más que después hubo discusiones, pero yo lo quiero un montón.

-¿Tenés contacto con él?

-No.

El nuevo Messi y la 10 de Newell’s

“El Racing ficha al nuevo Messi“, dice el Diario As de España el 24 de abril del 2007. La frase la replican varios medios de España y el mundo. Un pibe de 17 años llega al Viejo Continente en busca de emular a un joven Lionel que era jugador revelación del Barcelona pre Guardiola (por aquellos días la Pulga le convirtió aquel inolvidable y maradoneano gol al Getafe).

El Brian que soñaba / el Brian que logró ponerse la 10 de Newell’s. Foto IG.

-¿Qué te pasaba cuando te decían el nuevo Messi?

-Hacía un año y medio que había salido Messi, estaba exlplotando mal. A mí no me cambiaba nada porque mi objetivo era muy claro. Y el objetivo mío era ser el mejor. Imaginate mi personalidad, mi mentalidad para afrontar el fútbol que ‘uy me comparan con Messi. Uy, qué bien que juega. Yo soy mejor’. Entonces no me generaba nada, porque mi mente era eso y no había otra cosa. Yo tenía que ser el mejor y yo me creía el mejor y entrenaba como el mejor. Entonces no me generaba ‘¡uy, qué mochila que me pusieron! Si yo soy mejor’. No me generaba nada. Me trae muchos recuerdos lindos de momentos vividos en el fútbol, ahí es donde uno dice ‘mirá si hubiese estado protegido por un club y no por un negocio’.

-¿Te lo imaginás a Leo con la 10 de Newell’s?

-Muy difícil, por como él declara. No es lo mismo que Di María. Di María en todo momento dice ‘yo voy a volver, voy a volver’ y está esperando el momento. Y a él lo veo, muy difícil.

El sí cumplió lo de ponerse la 10 de la Lepra. Rosarino, iba a la cancha desde chiquito y el día que logró su mayor anhelo le eriza la piel. “Fue el sueño de mi vida. Yo ahí llegué a lo máximo. Es más, si me ponés a prueba y me decís que preferís ser campeón del mundo o haber jugado en Newell’s, yo te voy a responder haber jugado en Newell’s”.

Sarmiento, la 10 y Newell’s, un amor. Foto Archivo.

-A algunos les pasa que cuando juegan en el club de sus amores, como que hay algo de esa pasión que se les rompe…

-No. Fue el momento de más éxtasis para mí. Yo lloré. No paraba de llorar. Lloré cuando firmé el contrato. Lloré cuando terminé de hacer la primera entrevista. Lloré cuando llegué al entrenamiento y vi mi camiseta. Lloré cuando entré en el primer partido que jugaba contra Chacarita de local e hice un gol. Lloré cuando vi a mi mamá, que me llevaba en los brazos con mi viejo a la cancha, y los vi en la platea. Fue lo mejor que me pasó en la vida, jugar con la 10 de Newell’s.

-¿Qué significa hacer un gol en el Coloso?

-Una cosa de otro nivel. No me quería ir de la cancha, estaba mi mamá. Fue contra Chacarita, un pase de mitad de cancha de Rivero. Yo recibo, hay una foto mía pegándole de tres dedos y con el pie abierto. Y después que me fui de Newell’s, imagínate que si pasaba cerca me ponía mal. Meter un gol en el Coloso, ver a la gente cómo explotaba, las canciones que yo cantaba hasta un año atrás que iba a la cancha. No tiene explicación eso.

La música, el retiro y el Bailando

Quizá haber cumplido ese sueño tan grande de jugar en el club de sus amores fue lo que comenzó a empujarlo hacia afuera. Ya había pasado, además de España, por Perú y Brasil, y varios clubes de Primera y el Ascenso. En Banfield, antes de llegar a la Lepra, empezó a moldear el Brian que hoy divierte en las pistas y escenarios.

En el Taladro nació el famoso “Tamo’ activos” que lo llevó a lo de Tinelli y Susana. Sus vivos en redes sociales. Una vida más relajada que el mundo del fútbol juzga (juzgó) y mira de reojo. “La crítica está del lado del egoísmo y de… ¿cómo explicarlo? De la envidia. Porque a todos les gustaría ser Brian Sarmiento del lado de afuera del fútbol. Estoy seguro. Los más tímidos por ahí no. Pero a los otros les encantaría”.

“Yo fui el pionero de todo eso. Y de que ahora todos pueden hacerlo. Y yo me llevé todos los palazos. Pero bueno, algún día espero que me lo agradezcan. Ahora todos los pibes hacen vídeo en Instagram, hacen vivos, hacen esto, hacen lo otro. Me encanta que lo hagan. Los jugadores de la Selección se muestran, hacen Twitch”. Lo dice con orgullo y ni una pizca de soberbia. Sonríe, ahora sí, cuando habla de aquellas primeras veces.

Aquel Banfield de Julio Falcioni fue 5° en la temporada 2016/2017. El Emperador fue fundamental para contener a un Sarmiento de fama creciente y por eso el afecto de ambos y su decisión de volver si lo llama el DT. Fue el club en el que más partidos jugó (42, con cuatro goles y 7 asistencias).

Julio Falcioni y su abrazo con Sarmiento. Foto Web.

Pero se fue a Newell’s y después a Grecia y a Bolivia: al equipo rosarino y al Aurora les hizo juicio. Con la Lepra arregló, tras condonar gran parte de la deuda. Al equipo boliviano la FIFA le falló en contra por la deuda que mantenía con Sarmiento.

Su regreso a la televisión

Deudas, juicios, tiburones. En el 2023 Sarmiento decidió darle más lugar a su carrera en los medios que a la futbolística. Aceptó la propuesta de volver al Bailando, se sumó como panelista en un canal deportivo, le soltó el freno de mano al artista y por fin lo (se) dejó ser.

“Siempre me pareció muy atractiva toda la parte de las cámaras, de las luces. Quiero demostrar que los que salimos de un barrio humilde y los que por ahí por circunstancias del fútbol o de la vida no te dejan estudiar, demostrar que esos chicos que también podemos estar enfrente de una cámara”.

Su faceta de streamer contando el lado B del fútbol.

-¿Estudiaste teatro?

-Hice arte dramático en España. Cuando llegué allá, 17 tenía.

-¿Y por qué se te ocurrió estudiar?

-Me llevó un amigo que es modelo. Para entrar a una escuela de modelaje le piden que haga teatro. “En el modelaje creo que no te voy a poder acompañar, pero a la de teatro, sí”. Así que lo acompañé, me gustó y después me habían dado como una beca y ya iba todos los días.

-¿Y siempre, o sea, desde ese momento pensaste que en algún momento ibas a llegar a la tele?

-Sí, ya sabía. Ya sabía.

Dice que el fútbol lo preparó para trabajar en la TV. Siente que puede hacerlo sin presiones, que no tiene nada que demostrar. “La llegada de la tele es distinta. Es menos combativa. El que no te quiere o no lo haces reír, no te da mucha bola. En cambio en el fútbol, me pasó cuando jugué en Banfield, iba a Lanús y me recontraputearon. Cuando fui a Rosario, estando en Newell’s y los hinchas de Central me odiaban. En cambio en la tele, me llegó mucha gente con depresión que me decía que yo los alegraba. Me sentaba a charlar con ellos. Y me llegaban mensajes ‘che, me siento mejor’. Y yo estoy en contacto con ellos. Pero el que no te quiere no te da bola”, cuenta.

Durante la temporada de verano en Mar del Plata. Foto IG.

El verano se lo pasó yendo de Buenos Aires a Mar del Plata, para la obra El Show del Chiste, con Rodrigo Vagoneta y en compañía de Soledad Bayona, su bailarina de la tele. Volvía para sentarse en la pantalla de TyC Sports. Fue un aprendizaje, dice. Y por eso se deja ilusionar…

-¿En tu carrera artística dónde te gustaría llegar?

-Me gustaría llegar a hacer una serie, protagonizar una serie. Una de las metas más cercanas es poder estar en algún teatro importante de la Calle Corrientes o en el Luna Park. Esas son las metas que por ahí me estoy poniendo.

-¿Cuántos temas tenés en Spotify?

-Ahora tres. Salió Estamos Bien junto a Américo Jones, que es un FT. Es una plena con cuarteto y estoy re contento porque es mi primer videoclip, los otros dos los sacamos sin presupuesto y fueron furor. Y este dije ‘bueno vamos a hacerlo bien’. Invertimos algunos billetes e hicimos un videazo en Punta del Este y en Montevideo. Así que bueno, tengo tres.

-¿Y hasta donde llega Brian?

-Hasta no llenar un Vélez no paro.