Pipo Gorosito se convirtió en el amo de la serie entre Boca y Alianza Lima. Primero, con la victoria en la ida que el fútbol peruano no conseguía hace décadas ante un rival como el Xeneize. Segundo, embarrando la cancha con el arbitraje del uruguayo de Esteban Ostojich, que encima si hubo un beneficiado fue el equipo peruano. Tercero, poniendo en duda a Piero Maza, el árbitro chileno de la revancha.

Y lo peor de todo, para ser el enemigo número 1 del bosterismo, Pipo se metió con La Bombonera al decir que toda la mística es biri biri y que ese estadio no gana partidos y no pasa nada. Le mojó la oreja a los hinchas.

Gorosito siempre fue un antiboca. Como jugador de River estuvo en el 2 a 0 el día de los goles del Beto Alonso con la pelota naranja, en San Lorenzo le hizo goles de todos los colores y se cansó de ganarle clásicos. Hasta como técnico de Tigre le ganó la final de la Copa de la Superliga. Y encima le gusta picantearla en Twitter.

Más allá de todo esto, Pipo tuvo una carrera de novela como futbolista. Fue campeón de la Copa América 93, campeón en Chile, jugó en Europa… Aunque como técnico tuvo malas, porque fue uno de los 8 entrenadores que formó parte de la campaña que terminó con River en el Nacional B.

A su vez, tiene relación con Riquelme, porque ambos son hinchas de Tigre y juntos ascendieron a Argentinos Juniors a Primera en diciembre de 2014, uno como entrenador y el otro como técnico.

Ahora, después de haber atravesado experiencias traumáticas en Gimnasia, Colón y Tigre, Pipo se está reinventando en Alianza Lima como técnico para tener la revancha que siempre sueña en San Lorenzo.

Gorosito puede darle un golpe mortal al Boca de Gago y Riquelme el martes si lo elimina de la Copa Libertadores. Pero eso está por verse. Lo que es seguro es que ese día, La Bombonera lo va a putear como nunca en su carrera.