El temazo del momento, una vez más, estalló con la clasificación a octavos de final. Es que representa a la perfección el sentir del hincha argentino: sus máximos orgullos futbolísticos, Diego Maradona y Lionel Messi, el dolor por las finales perdidas recientemente, la alegría por haber vencido a Brasil en el propio Maracaná cortando una racha de 28 años sin títulos y su gran obsesión por la tan ansiada tercera Copa del Mundo.
El triunfo sobre Polonia 2 a 0 permitió que la Scaloneta termine la fase de grupos con alivio y desahogo después de días en los que sufrió mucho más de lo esperado por aquella imprevista caída con Arabia Saudita (que paradójicamente terminó última).
”Muchachos, ahora nos volvimos a ilusionar, quiero ganar la tercera, quiero ser campeón mundial…”, empezó sonando el himno como en cada previa, pero en esta ocasión en las adyacencias de un Estadio 974 donde Argentina claramente fue local, imponiéndose en el duelo de hinchadas y logrando una diferencia incluso mayor a la que se vio en el campo de juego. Es que de los 44 mil espectadores, un 90 por ciento fueron argentinos y fanáticos de la albiceleste de otras latitudes.
Con el pasaje a Octavos de Final en el bolsillo (el sábado vs. Australia) la celebración se desparramó por todo Doha, aunque a la salida de la cancha el metro fue el epicentro tanto de los festejos como de las cargadas a los mexicanos y árabes que regresaban del Estadio Lusail, sede del otro partido del grupo.
A pura chicana, los argentos se sacaron la espina de aquella derrota en el debut y le retrucaron a los sauditas con su misma pregunta que se hizo viral: “Where is Messi?”. Siempre con muy buena onda, se bancaron las cargadas y hasta terminaron cantando con los argentinos, prometiendo, a partir de ahora, alentar a Messi y compañía.