River volvió a jugar bien, ganó y se prendió en la lucha por la Liga Profesional, donde quedó a cinco unidades del líder Newell’s. Y si bien todos los focos estarán puestos en lo que sucederá el miércoles frente a Vélez por la CONMEBOL Libertadores, en la cabeza de Marcelo Gallardo hay muchísima intranquilidad.
Si hay algo que padeció muchísimo el plantel del Millonario fueron las lesiones. Pese a que Juan Fernando Quintero ya está recuperado de su desgarro, como así también Felipe Peña Biafore dejó atrás la rotura de ligamentos cruzados, Matías Suárez no logra reponerse. Pero ahora, apareció una nueva preocupación.
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En medio del choque ante el Granate, fue Nicolás De la Cruz quien encendió las alarmas. El uruguayo recibió un fuerte golpe en la primera etapa y terminó siendo obligado a pedir la sustitución para que los médicos le coloquen hielo en la zona afectada. Y como si fuera poco, al entrenador no le gustó el gesto que hizo el mediocampista después de que le consultara cómo se encontraba.
A pesar de que la patada del zaguero de Lanús fue a los 7 minutos de haber iniciado el encuentro, el mediocampista de River resistió hasta los 25, momento en que produjo la modificación y, en lugar de De la Cruz ingresó Esequiel Barco.
De aquí al miércoles, día en el que visiten al estadio José Amalfitani para medirse ante Vélez, seguirán muy de cerca la situación particular del uruguayo, a quien no descartan realizarle estudios para determinar la gravedad de la posible lesión.