En la fría noche de Buenos Aires, en el Monumental, River recibió a Lanús por la fecha 5 de la Liga Profesional y buscó quedarse con un triunfo que lo llene de confianza de cara al duelo copero que deberá afrontar ante Vélez, el próximo miércoles. Y además de lo que sería el penúltimo partido de Julián Álvarez ante el público riverplatense, también se produjo un hecho histórico: después de 4 años, retornaron los bombos a la tribuna.

A lo largo de la semana, los miembros de la Comisión Directiva tomaron la decisión después de que los hinchas insistieran constantemente. Pero el regreso de los instrumentos musicales no fueron utilizados por los barra-bravas, sino que por socios e hinchas genuinos del Millonario. Así, la noche se volvió un carnaval.

El partido fue intenso, fiel a lo que acostumbran los dirigidos por Marcelo Gallardo.Los futbolistas de ambos equipos, porque el Granate se plantó y mostró lo suyo, obligaron a todos los espectadores a mantener la vista pegada al televisor, como así también a quienes estaban en el estadio. Nadie se pudo levantar de sus asientos. Y en la primera etapa, hubo emociones para todos los gustos.

Primero fue José Paradela, quien abrió todo el pie izquierdo para romper el cero y dejar sin chance alguna a Fernando Monetti. Un verdadero golazo, donde apretó el R2 como en la Play Station, e hizo revolcar al arquero de Lanús. Pero después llegó el turno de Braian Romero, quien sacó un bombazo tras una media vuelta espectacular. Sin embargo, lo mejor estuvo en lo previo: centro rasante de Elías Gómez y un taco deluxe de Paradela para asistir.

A pesar de que el local ganaba 2-0, el descuento no tardó en llegar: dos minutos más tarde del gol que había marcado el ex Argentinos Juniors, apareció Lautaro Acosta para ponerle muchísimo picante a un encuentro vibrante. Y así continuó el juego, sin poder levantarse de las butacas.

Con el correr de los minutos, y a pesar de las modificaciones que realizó Almirón, Lanús fue en búsqueda de la igualdad, le generó peligro al arco defendido por Franco Armani, pero no logró conseguir su objetivo. River también tuvo lo suyo, donde pudo liquidar el juego, pero el resultado finalizó 2-1 por lo realizado en la primera etapa.

Si bien la alegría fue del Millo, porque ganó y quedó a cinco unidades de la cima del campeonato, también hubo una gran preocupación pensando en lo que viene. En los primeros 45 minutos se produjo la modificación de Nicolás De la Cruz, quien recibió un tremendo golpe por parte de Diego Braghieriy terminó en el banco de suplentes con hielo, muchísimo dolor y encendió las alarmas de cara al duelo copero ante Vélez.