Fue un partido histórico. A pesar de que la Selección Argentina ganaba cómodamente y pintaba para una goleada, Francia se despertó sobre el final y, en 3 minutos consiguió la igualdad. Ya en el tiempo suplementario, Lionel Messi consiguió ampliar la ventaja, pero una vez más se lo igualaron.

Hubo muchísima tristeza en el momento donde Kylian Mbappé marcó su hat-trick, con el que llevó a los galos a los penales. Incluso, marcó en la serie. Pero no le sirvió de mucho, porque la Selección Argentina que dirige Lionel Sebastián Scaloni se quedó con la Copa del Mundo.

El ansiado trofeo pasó de las manos de la Pulga a la de todos sus compañeros, auxiliares e integrantes del cuerpo técnico. También llegaron a tocarla algunos de los familiares de los jugadores, periodistas que se encontraban dentro del campo de juego, como así lo hicieron los pocos hinchas que llegaron a meterse dentro del estadio.

Todos querían tocar el trofeo. Todos querían una foto con la copa dorada. Pero después de tanto festejo, de tanto llanto y demasiada felicidad, quien se quedó con el máximo anhelo de cualquier futbolista fue Ángel Di María, el autor del segundo gol del cotejo. Fideo se la llevó hacia su dormitorio en la Universidad de Qatar y reposó al trofeo dorado de 6,170 kilos en su almohada.