Talentoso y rebelde. Así se puede entender a Andrey Rublev, el tenista de 26 años que se encuentra en el puesto número 8 del ranking de la ATP, pero que seguramente ascienda algunas posiciones una vez que termine el Masters 1000 de Montreal. El pasado sábado, Rublev derrotó a Jannik Sinner por 6-3, 1-6 y 6-2 y dio el gran golpe en Canadá. Pese a la alegría por la victoria ante el italiano, el ruso se tomó un tiempo para hablar de los problemas de salud mental que atraviesa.
¿Qué dijo Rublev sobre su salud mental?
“Este es un momento muy especial para mí porque llevo muchos meses luchando contra problemas serios. Necesitaba un triunfo como éste para volver a sentir que puedo jugar bien y ganar a los mejores. Mentalmente han sido tiempos duros, he estado muy desorganizado. Llevo muchos años luchando contra una depresión, con muchos temas problemáticos fuera de las canchas y acabé muy quemado, esta temporada exploté, especialmente estando en la cancha”, afirmó Andrey Rublev en la conferencia de prensa posterior al triunfo contra Jannik Sinner.
Derrotas y malas conductas
A comienzos de mayo, Andrey Rublev mostró su mejor cara en este 2024 al quedarse con la victoria en el Masters 1000 de Madrid ante Auger-Aliassime, pero desde entonces comenzó una racha de resultados impensados. Cayó en segunda ronda en Roma, en tercera en Roland Garros, en primera en Halle, no jugó Wimbledon, sufrió una derrota dura ante Francisco Cerúndolo en semifinales de Umag y llegó a cuartos en Washington, donde perdió en sets corridos contra Frances Tiafoe.
Pero más allá de los resultados deportivos, en este último tiempo se vio una versión de Andrey Rublev que no gusta nada. En más de una oportunidad se golpeó a sí mismo reiteradas veces en sus piernas, fue abucheado por el público y dejó una fea imagen, sobre todo porque tiene talento de sobra para pasar esta mala racha. El deseo es que su actuación en Montreal sea el puntapié para dejar de lado esos comportamientos y pueda reencontrarse con su tenis y pelear por un puesto en el top 3 del ranking.