Elena Rybakina dio una muestra de su nivel en Wimbledon y barrió en curtos de final a la ucraniana Elina Svitolina en dos sets para meterse entre las cuatro mejores del certamen que ya ganó en 2022. Ahora, la tenista de 25 años número 4 del mundo está a dos partidos de volver a consagrarse en Inglaterra.
Hace tiempo que la joven ha llamado la atención del circuito WTA por su nacionalidad. Es que hasta 2018 compitió como atleta rusa, pero tras el escándalo de dopaje que se destapó y que obligó a varias entidades deportivas a marginar deportistas de esa nacionalidad, Rybakina aprovechó sus raíces kazajas para cambiar su bandera.
Rybakina ¿rusa o kazaja?
Desde entonces, pese a que nació y vive en Moscú, compite como atleta de Kazajistán. Justamente eso le permitió en 2020, después de que estallara la guerra de Ucrania y Rusia, seguir participando de todos los torneos de la WTA sin problema alguno.
Fue así que en 2022 se consagró campeona de Wimbledon. “Es una pregunta difícil”, contestó en una conferencia de prensa de aquel certamen cuando le preguntaron por su país de origen. “Solo puedo decir que represento a Kazajistán. No elegí el lugar donde nací. La gente creyó en mí. Kazajistán me apoyó muchísimo. Incluso hoy he escuchado mucho apoyo. Vi las banderas. Así que no sé cómo responder a estas preguntas”, soltó.
Pero hay una pregunta que Rybakina nunca quiso contestar. Cuando se le ha preguntado sobre si condena el accionar de Vladimir Putin en su invasión a Ucrania, esquivó la contestación: “No entiendo la pregunta, mi inglés no es muy buen”. Desde entonces, nunca ha hecho manifestación alguna al conflicto bélico.
Su juego y sus ídolos
Con respecto a su juego, a comienzos de mes ya había anticipado que se sentía cómoda en Wimbledon: “Definitivamente, he cambiado mucho. Tengo mucha más experiencia. Creo que antes de avanzar en el cuadro estaba bastante nerviosa en 2022. Pero ahora siento más confianza jugando partido a partido. Creo que ahora, con toda la experiencia, disfruto mucho más en la pista y me siento más libre“.
El año pasado, también en Wimbledon, tuvo la posibilidad de jugar y ganar un partido cuando Roger Federer estaba en el palco viéndola. Allí aprovechó para confesar su admiración por el suizo: “Quizá esta era el motivo real por el que estaba tan nerviosa, es que me gusta mucho Roger. Cuando era más joven siempre le veía jugar, no me perdía ninguno de sus partidos. Fue realmente especial verlo ahí, un año después ha vuelto para estar de nuevo con toda la multitud, fue un momento mágico. Los primeros partidos en Grand Slam siempre son duros, mentalmente cuesta un poco conectarse al torneo, así que espero que las cosas sean un poco más fáciles en el próximo encuentro”.
Además, también es fanática de Novak Djokovic: “Hay muchas cosas que tomaría de Djokovic, pero sin duda la devolución y la fortaleza mental en los partidos. Se pueden sacar muchas cosas de él”, declaró en diálogo con Sport Klub.
Ahora, jugará contra Barbora Krejcikova, número 31 del mundo, en semifinales y en caso de conseguir la victoria irá a la final en búsqueda de su segunda corona de Wimbledon el sábado. Del otro lado del cuadro deben enfrentarse la italiana Jasmine Paolini y la croata Donna Vekic.