El Atlético Madrid llegaba a la última fecha de la fase de grupos de la Champions League en el fondo de la tabla y debía enfrentarse al Porto sabiendo que su clasificación no dependía de sí mismo. En simultáneao, el ya clasificado Liverpool jugó con mayoría de suplentes y una victoria del Milan ante el equipo de Klopp dejaba al Colchonero sin ningún tipo de opciones. Sin embargo, todo se dio perfecto para los del Cholo Simeone.
El juego se disputó en tierras portuguesas y los locales lo hicieron valer, dominando casi todo el encuentro con las ocasiones más claras. Sin embargo, Jan Oblak apareció en las instancias decisivas para mantener el arco en cero y permitirle al Atleti ilusionarse con la victoria. Poco después de los 10 minutos de complemento, Antoine Griezmann abrió el marcador en el do Dragão y el conjunto español defendió la ventaja con alma y vida.
Tras varios pasajes de máximo sufrimiento, Ángel Correa se fue mano a mano contra el arquero gracias a la gran asistencia de Griezmann y definió con la última gota de energía que le quedaba para ampliar las diferencias mientras el Liverpool ya vencía al Milan en Italia. La frutilla del postre la puso Rodrigo De Paul, quien fue a disputar una pelota cuando el duelo estaba sentenciado y, gracias a su insistencia, anotó el 3 a 0 definitivo que deposita al equipo del Cholo en los octavos de final.