Los desafíos de Mascherano como DT de la Sub 20 de Argentina en el Mundial 2023

Argentina no se había clasificado vía Sudamericano Sub 20 al Mundial de la categoría que iba a disputarse en Indonesia. Javier Mascherano asumió como entrenador del equipo juvenil a comienzos del 2022.

A partir de allí, alternó buenas y malas. Y muchas críticas, sobre todo de díscolos que no le perdonan su ascendencia en la Selección mayor en sus tiempos como jugador.

En suma, las buenas pueden dividirse en dos. Una que va desde los valores que inculca en los juveniles, como aprender a hablar inglés, incentivarlos a estudiar, compartir momentos en grupo y también cuestiones de limpieza. Desde lo futbolístico, cosechó el título en el torneo de La Alcudia. Aunque también sumó malas, nunca logró encontrar un funcionamiento acorde al equipo que tenía y que tiene la Argentina.

Juveniles en el país hubo, hay y habrá siempre. Debe ser, junto con Brasil, de los países donde salen futbolistas desde abajo de las piedras. Más allá de eso, fue eliminado en la primera ronda del Torneo Esperanzas de Toulón, con un equipazo. También fue eliminado en la primera ronda de los Juegos Odesur.

Mascherano y su chance de cambiar el destino del Sub 20

Si bien presentó jugadores del medio local, el desempeño fue pobre y la gran mayoría de esos futbolistas sabían lo que era jugar en Primera.

Por último, la gota que rebalsó el vaso fue la eliminación en primera ronda, otra vez, en el Sudamericano. Ese fracaso deportivo dejó a la Argentina, máximo ganador de la Copa del Mundo Sub 20, sin el boleto para el campeonato.

El Jefecito presentó su renuncia, pero en la AFA no se la aceptaron. Dilataron su respuesta con la idea de convencer al ex jugador de River y del Barcelona para que continuara en su cargo.

Sus detractores, hábiles aprovechadores de situaciones aciagas, incluso, llegaron a esbozar que Mascherano renunció para las cámaras porque nunca firmó el papel. Sin embargo, Mascherano eligió otra vez el silencio.

Por cuestiones religiosas y políticas, Indonesia no organizará el Mundial y su plaza quedó en manos de la Argentina, que a su vez, será local y podrá participar de un Mundial que, en verdad, no debería disputar.

Mascherano recibió llamados del presidente de AFA, Claudio Tapia y del entrenador del combinado mayor, Lionel Scaloni. Para ellos, Mascherano cumple con los estándares del proyecto futbolístico para el futuro del fútbol albiceleste. con esa premisa, lo convencieron para que siguiera en su cargo. Saben que se juegan mucho del caudal que atesoran tras la gloria obtenida en Qatar 2022. Por eso, finalmente, el entrenador de la Selección argentina Sub 20 quedó confirmado como técnico de Argentina durante el Mundial. Además, a su cuerpo técnico se sumó Leandro Stillitano, de pobre paso por Independiente, donde solo ganó un solo encuentro.

El desafío de AFA es conseguir que los clubes europeos liberen a los jugadores. Por caso, Manchester United con Alejandro Garnacho, Brighton con Facundo Buonanotte o Real Madrid con Nicolás Paz.

A este frente, se suman las internas del fútbol argentino. El lateral izquierdo de Boca, Valentín Barco, quien no fue parte del Sudamericano por lesión es una joya que Mascherano no quiere despercidiar. Se dio a conocer que el más complicado para ceder es Garnacho y, además, Matías Soulé ya tiene el visto bueno de la Juventus para viajar.

Garnacho, el jugador que Mascherano quiere tener como sea (Getty)

Mientras tanto, el gran desafío de Mascherano será encontrar funcionamiento y, por supuesto, resultados. Dos ítems que le faltaron a su ciclo. Seguramente, la continuidad del entrenador va a depender del desempeño y del puesto que logre en el Mundial que se disputará entre el 20 de mayo y el 11 de junio de este año. Cuenta con el apoyo de los chicos que dirige, quienes en más de una oportunidad salieron a defenderlo de las críticas.

El impacto de Mascherano en la formación de los jóvenes talentos del fútbol argentino

Hoy, el único gran interrogante que tiene Mascherano es en la defensa y en el arco. En el Sudamericano fueron las dos áreas en las que dudas padeció.

Pero en juveniles, el resultado no es todo. Mascherano entiende eso. Lo comprende y sabe que el resultado no debe empañar el trabajo de un ciclo pensado y pergeñado a largo plazo.

Lo principal es brindarle al chico las ayudas para el mañana, darles el ejemplo dentro y fuera de la cancha. Todo, para que empiecen a entender qué es y cómo se representa a la Selección mayor. Un espacio deseado por millones, pero al que pocos tienen acceso.

¿Cuántos pibes ganaron un Mundial Sub 20 y luego en mayores hicieron agua? Ejemplos sobran, no se trata de apuntarlos con el dedo sino de marcarles el camino para que puedan legar a mayores con estímulos reales que les permitan imponerse en las mejores ligas del mundo.

Por eso, sin que parezca una dicotomía, ganar puede ser el Norte porque el resultado en el fútbol manda. Pero eso no debe dejar de lado las formas y las maneras. No se trata de “ganar, ganar, ganar” como un mantra único e impenetrable, casi un mal que olvida los caminos recorridos.

Argentina necesita cambiar el rostro que mostró en el Sudamericano. Nombres le sobran, sólo debe buscar que la comunicación futbolística fluya para que el ser y el parecen jueguen el mismo idioma.