Señalado por haber introducido las barras en el futbol mexicano, esto con la finalidad de replicar el modelo argentino de apoyo hacia un club, Andrés Fassi fue concebido como una figura controversial en su momento. Sin embargo, en contraste, su paso por la Liga MX deja un gran legado de gestión exitosa con Pachuca.

Y es que Fassi ha anunciado el fin de su relación con Grupo Pachuca para dedicarse por completo a Talleres de Córdoba, así como a otros proyectos que ha decidido emprender en Sudamérica.

 

Con su partida, aunque sea lea como cliché, se cierra un ciclo de gloria para Pachuca, que en poco tiempo se convirtió en protagonista de un torneo donde antes de 1997 era un equipo de relleno en lo concerniente al ascenso y el descenso. 

Sustentándose en un proyecto visionario con énfasis en fuerzas básicas, en un proceso de confianza en el método prueba y error, Fassi encontró en Jesús Martínez a un aliado, socio, amigo y respaldo para consolidar un emprendimiento deportivo que trascendió a un exitoso nivel de negocio.

Logrado el ascenso de 1997, los Tuzos no volvieron a descender. Permanecer en primera división era el primer objetivo. Cumplido ese propósito, se enfocaron en conquistar un título de liga. ¡Y lo lograron dos años después!

Tras ese campeonato vinieron cinco más y tres subcampeonatos. La mentalidad de construir paso a paso, bajo el principio rector de la continuidad, dio resultados inmediatos. Además de conquistarlo en el plano nacional, Pachuca también lo obtuvo en el ámbito internacional al ser el primer y único club mexicano en ganar la Copa Sudamericana. También se volvió en uno de los reyes de Concacaf con cinco Liga de Campeones.

Pero Fassi y Martínez fueron más allá de la cancha sin tener que desprenderse del futbol. Potenciaron la formación de talentos futbolísticos a través de escuelas. Adquirieron clubes de divisiones inferiores para foguear a jóvenes que posteriormente fueron integrados al primer equipo, dándole así un sentido de identidad y pertenencia a la institución.

A la par, crearon la Universidad del Futbol y Ciencias del Deporte para expandir al rubro educativo y académico la relación con el balón. Por si fuera poco, impulsaron el Salón de la Fama que hasta la fecha induce e inmortaliza a figuras de la cancha de distintas épocas.

 

En 2011, su visión alcanzó a León, histórico equipo al que decidieron comprar para devolverle su sitio de honor. Con la misma fórmula empleada en Pachuca, la Fiera logró un bicampeonato de primera división, con lo que culminó con más de dos décadas de sequía de títulos.

Hombre de futbol, Andrés Fassi se despide heredándole a la afición hidalguense una historia de ensueño.