Román Martínez llegó al club en el 2017 junto a su padre Eduardo Martínez, exjugador de Puebla, mediante una oferta recibida por parte de Guillermo Huerta, entrenador de las juveniles de las Águilas, con el sueño de llegar a ser algún día jugador profesional.
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Antes de su debut profesional, el joven atacante mexicano había sido citado a dos duelos: Estuvo en el banco de suplente frente a FC Juárez y Puebla.
Como dice el dicho: “Los sueños están para cumplirse”. Y así fue para Román, con tan solo 17 años, el pasado sábado ingresó los últimos diez minutos de juego en lugar del atacante Federico Viñas, partido en el cual América venció por 2-0 a Atlas.
El delantero dialogó en entrevista y esto fue lo que dijo: “Fue algo muy difícil, mi papá y yo sufrimos mucho porque en ese tiempo no nos podían dar espacio en la casa club y entonces teníamos que rentar hotel y fue difícil y gracias al profe Memo Huerta y Harlem Medina por el apoyo desde que llegué a la Sub15”.
“Recuerdo todo ese sacrificio y vale la pena todo lo que pasamos. Nunca imaginé con 17 años debutar en el Estadio Azteca, es algo que le debo agradecer a Dios”, remarcó la futura estrella de América.