En el estadio Noevir de la ciudad de Kobe, Bolivia mostró que el inicio de un nuevo año no la ha hecho salir de su estancamiento futbolístico.

Sin propuesta, el seleccionado sudamericano se dedicó a resistir los ataques de la Selección de Japón casi durante la totalidad del encuentro.

Regaló, incluso, la posibilidad de lastimar de contragolpe, ya que en muchos momentos del encuentro puso a los once futbolistas detrás del centro del campo, volviendo demasiado lejana cualquier posibilidad de llevar peligro al arco rival.

La resistencia se quebró a 15 minutos del final del encuentro, cuando Shoya Nakajima logró vulnerar a Carlos Lampe y estampar el 1-0 definitivo para los nipones.

La Fecha FIFA fue un retroceso para Bolivia, que en su primer partido no pasó del empate ante la humilde Selección de Nicaragua.