Paolo Guerrero encontró su lugar en Brasil. Después de haber desplegado irregularmente su fútbol por Europa, llegó a Corinthians y mostró que era un jugador maduro y serio.

Lo primero que logró deportivamente fue nada menos que ganar el Mundial de Clubes. En Corinthians, entonces, rapidamente se hizo muy querido por los hinchas.

Después estuvo en Flamegno en donde hasta le hicieron una canción. En Inter de Porto Alegre, también rapidamente la torcida le agarró cariño por sus goles.

Brasil, por lo visto, lo acogió muy bien, sin embargo este domingo contó un par de anécdotas que muestran que su proceso de adaptación tampoco fue tan fácil. Lo contó en un Live de Instagram.

"Nos pararon en Sao Paulo. Nos bajaron [del auto] apuntando con un arma. Qué terrible. Lo único que le decía era: 'Baja el arma porque no somos ladrones'. Qué locura", recordó por ejemplo de su tiempo en el Timao.

En el Fla, también tuvo un altercado que lo hizo llegar tarde a su primer entrenamiento: "Tomé un tráfico de tres horas, creo. Me multaron, recuerdo, pero también me hicieron entrenar solo". Así, Guerrero contó lo que también pasó en Brasil ¡Difíciles momenos del Depredador!