Apenas 90 segundos alcanzan para recibir el pedido. Provisto con decenas de botellas, el robot puede armar tragos con o sin alcohol. La creación la ubicaron en el Centro de Comunicaciones, en el corazón de los Juegos Olímpicos de Pekín 2022.
Se trata de una muestra más del poderío tecnológico del gigante asiático. En este caso, con la lógica de un bar, la barra de bebidas que emplea este bartender no humano trabaja con un sistema de códigos QR que los distintos asistentes deben escanear con su teléfono móvil para elegir su bebida y el robot llena la coctelera con hielo y las partes de bebida correspondientes al trago seleccionado.
El brazo robótico realiza todos sus movimientos con precisión quirúrgica, sin errores. Todo, sin la ayuda humana. O sí. Cuando finaliza su obra, la mano humana es la encargada de dar el sello final. Una persona, en tándem, recibe el trago y termina de decorar con las rodajas de fruta u otros complementos necesarios. En sí, la idea es minimizar el contacto entre quienes estén trabajando el Centro de Comunicaciones.
Al mismo tiempo, los restaurantes de las Villas Olímpicas servirán comida como hamburguesas y arroz preparados y servidos por máquinas, luego de recorrer pistas montadas sobre los techos tras recibir los pedidos en la cocina automatizada.