El Bayern Munich tuvo un duelo muy caliente ante Wender Bremen por la semifinal de la Copa de Alemania.

El partido lo tuvo controlado. Con goles de Lewandoski y Müller, a poco del final estaba 2-0 y todo parecía definido.

Pero el rival se despertó y en una ráfaga de dos minutos, anotó dos tanto que establecieron el empate parcial.

Al instante, Niko Kovač mandó a la cancha a James Rodríguez y vino con suerte bajo el brazo: penal para su equipo.

Lewandoski se hizo cargo, ejecutó a la perfección y puso la casa en orden para pasar a la final del torneo, donde ya esperaba el Leipzig.