Una jugada a balón parado, tal vez el último de los méritos que se le atribuye a Pep Guardiola como entrenador, le permitió al Manchester City ponerse en ventaja en la final de la Community Shield.

Lejos de enviar un centro frontal al área, el City movió el balón hasta desnivelar por el costado izquierdo. Ahora sí, el centro cayó en David Silva, que entre taco y empeine asistió a Sterling.

La definición imperfecta del delantero nacido en Jamaica se encontró con una pobre resistencia de Allison y terminó por romper el marcador a los 12 minutos.