Este martes 17 de marzo tendrá lugar una reunión clave de la UEFA con las 55 federaciones miembro de la máxima competición continental. Reunión de donde saldrá alguna conclusión acerca de la dos competiciones de clubes de esta temporada, la Liga de Campeones y la Europa League, y también sobre qué puede suceder con la inminente Eurocopa.

El torneo inicialmente tiene previsto su comienzo el próximo 12 de junio, pero su celebración se ve afectada por la expansión del coronavirus que está paralizado la actividad global, también a nivel deportivo.

La solución pasa porque la UEFA pudiera retrasar esta cita al verano del 2021. Para ello debería modificar su Liga de Naciones y, especialmente, intentar llegar a un acuerdo con FIFA para que esta retrase un año el estreno de su Mundial de Clubes previsto inicialmente para el verano del 2021 pero que podrían demorarse un año porque en el período estival del 2022 no hay nada previsto al disputarse el Mundial de catar en el invierno de ese mismo año.

Lo que está claro es que UEFA no puede permitirse la cancelación de la Eurocopa porque es el sustento del máximo organismo internacional continental. Basta con ver la memoria sobre la pasada edición del 2016 donde los ingresos ascendieron a 1,9 mil millones de euros de euros.

De lo cuales, 1,25 mil millones llegaron procedentes de los derechos de televisión y 483.318 euros de los derechos comerciales del torneo. Entre ambas partidas sumaron 1,5 mil millones de euros. A estas dos partidas hay que sumar los ingresos en venta de entradas (269 millones de euros), hospitality (128 millones de euros) y otros ingresos que la UEFA cifró en un poco más de once millones de euros.

Todo esto no hace sino acreditar la importancia que supone para la UEFA mantener la competición, es clave para la supervivencia de la misma. Más cuando para esta edición los ingresos globales estaban previstos cerca de 2.500 millones de  euros en términos globales.