De no creer. Liverpool estaba cómodo venciendo al Southampton en condición de visitante hasta que Adrián, figura en la final de la Supercopa de Europa, decidió meter al local en partido.

¿Qué hizo? Recibió el balón después de un pase atrás, esperó unos segundos y le entregó el balón a un rival.

 

El delantero, que venía con el empuje de ir a buscar la pelota, la terminó chocando y besó la red. 

Adrian no podía creer lo que estaba pasando. Kloop, claro, tampoco. ¡Pero qué hiciste, maestro!