Liverpool comenzó a recomponer rápido la imagen que había dejado en su fallido debut en la Champions League, con derrota ante Napoli.

En un duelo de alto voltaje, ante Chelsea en Stamford Bridge, le tomó apenas 12 minutos ponerse en ventaja.

Fue gracias a un balón parado, en a medialuna del área rival, en la que los de Klopp sacaron a relucir una jugada que combinó laboratorio y talento.

 

Tras un par de movimientos de distracción y la asistencia de Mohamed Salah, Alexander Arnold clavó su remate en el ángulo.

Para verla mil veces.