Con un Barcelona plagado de suplentes y jóvenes promesas, Celta de Vigo fue superior en gran parte del encuentro.
En el comienzo del segundo tiempo, el dueño de casa pudo haber abierto el marcador gracias a Néstor Araujo.
El defensor mexicano había aprovechado un rebote de Jasper Cillessen para anotar el 1-0. No obstante, la felicidad duró poco.
El árbitro, después de una ardua discusión en el VAR, anuló el gol por un offside casi imperceptible de Araujo.
¡Qué mala suerte!