Takefusa Kubo dejó tan buenas sensaciones en la pretemporada que realizó con Real Madrid que fueron muchos los que pensaron que podía ser tenido en cuenta por Zinedine Zidane para el primer equipo.

Sin embargo, la directiva terminó por considerar oportuno cederlo a Mallorca, para que tuviera la continuidad necesaria para no frenar su desarrollo.

Si bien desde el primer encuentro mostró esas pinceladas de talento que invitaron a la ilusión, no había completado hasta hoy ese partido estelar que lo confirmara como uno de los cracks del futuro.

Pero el momento llegó este domingo, en el duelo que Mallorca le ganó 3-1 al Villarreal como local.

El japonés no solo marcó el golazo que cerró el marcador, sino que se mostró muy activo durante todo el encuentro, gambeteando y asistiendo, volviéndose incontrolable para la defensa del Submarino Amarillo.

Jugó el partido que se debía y deberá ahora mantener ese nivel. Tal vez así, la próxima temporada lo encuentre vestido de Merengue.