Una vez que Arsene Wenger confirmó que el final de la temporada marcará también el de su extenso ciclo como entrenador del Arsenal inglés, la directiva puso en marcha las negociaciones para dar con su reemplazante.
Desde un primer momento, Luis Enrique, que no ha vuelto a dirigir desde que dejó Barcelona, se convirtió en uno de los candidatos favoritos, pero el último pedido que expresó en las negociaciones hizo dudar a los Gunners de la conveniencia de su contratación.
El español es consciente de que Arsenal necesita renovarse y es por eso que pidió que se destinen 227 millones de euros en fichajes, idea contraria a la política de un club que tiene mucho dinero pero que no suele ser partidario de derrocharlo.
En los planes de Luis Enrique, solo dos futbolistas de los considerados titulares tendrían futuro, Lacazette y Aubameyang, por lo que el club debería apostar a contratar otros nueve futbolistas para formar el once que planea el entrenador.