La carrera de Luis Suárez está repleta de logros, tanto a nivel colectivo, como individual. Es uno de los mejores goleadores de esta era y su legado en cada club en el que se puso su camiseta es indiscutible. Sin embargo, hay una mancha que siempre lo persigue.

Desde que se volvió profesional, el delantero charrúa protagonizó más de una polémica al morder a sus rivales. En total, tres veces estuvo en el ojo de la tormenta por agredir de esa manera. La más conocida, la mordida a Chiellini en Brasil 2014, que lo mantuvo afuera de las canchas por cuatro meses, por sanción.

Este fin de semana, aquel accionar fue recordado, a pesar de que el charrúa no hizo nada en esta ocasión. Fue una agresión en la Segunda División de Turquía la que disparó el recuerdo. Ibrahima Breze Fofana le clavó sus dientes a Ceyhun Gulselam en una pelota parada.

La transmisión captó el momento exacto en el que el jugador de Kocaelispor se pegó al de Altay para morderle la espalda a la altura del hombro. El árbitro se percató de lo que había sucedido y lo envió anticipadamente a los vestuarios. Su equipo, a pesar de ello, se las arregló para ganar por 3-2.