(San Pablo – Enviado especial) Con la clasificación histórica a semifinales, los hinchas de la albiceleste se movilizan para dar el presente como sea ante Holanda. Claro que no la tendrán nada fácil: las entradas no sobran y la reventa tiene un piso de 2.000 dólares. Además, los vuelos desde Buenos Aires cuestan hasta 1.800 y las pocas plazas que quedan de alojamiento se tornan inaccesibles. La presencia argentina en esta Copa del Mundo fue creciendo junto al equipo de Lionel Messi. El banderazo de Copacabana repercutió en todo el mundo, pero no tanto así en el Maracaná. Las entradas para el debut de la celeste y blanca en Río de Janeiro no fueron sencillas de conseguir a través de la FIFA ni mediante la reventa. Sponsors, brasileños y espectadores oriundos de todas partes del mundo impidieron la presencia en masa de los aficionados albicelestes. Por eso, la gran marea argentina dentro de una cancha se notó recién en el Mineirao de Belo Horizonte y tuvo su máximo esplendor en el Beira Rio de una Porto Alegre directamente sitiada.Cosa que se repitió en San Pablo y en Brasilia, sede de la histórica clasificación. Esa que cortó una racha de 24 años sin pasar de Cuartos de final y que agravó aún más la locura de los hinchas de la selección campeona del mundo en 1978 y 1986.

Un argentino deberá gastar al menos 5.000 dólares para ver la semifinal con Holanda.

Es que apenas el árbitro italiano Nicola Rizzoli sentenció el final de la victoria sobre Bélgica, los argentinos empezaron a movilizarse para dar el presente como sea en el duelo del próximo miércoles ante Holanda. Aquel que puede ponerle el primer cimiento de realidad a su sueño de dar la vuelta en el Maracaná. En el sector hotelero de la ciudad ideada por el arquitecto Oscar Niemeyer, mientras armaban las valijas para regresar a Buenos Aires, no hubo aficionado que no preguntara por entradas para la semifinal. Conserjes, mozos, taxistas, vecinos de habitación y hasta azafatas fueron indagadas en búsqueda de la tan ansiada ubicación. Claro, aquellos que viajaron a Brasilia solo por el día, para ver el partido de Cuartos, ya estaban planificando volver. De la misma forma que lo están haciendo aquellos que pudieron ver otros partidos, los que no pudieron ver ninguno o los que pudieron ver todos, en una peregrinación por todo Brasil durante el último mes. Todos sueñan con dar el presente en el Arena Corinthians, pero el problema es el cómo. La venta de tickets oficial para este partido se agotó hace diez meses y en la reventa se pide un mínimo de 2.000 dólares por cada uno, sin importar de qué categoría se trate. Sí, a esta altura y con la poca oferta que existe, la categoría 3 (la más barata) vale lo mismo que la 1. Incluso, para este partido costaría más cara la reventa que el más accesible de los hospitalitys (ubicaciones vip de la FIFA), que tuvieron un precio de 1.700 dólares.

El precio más económico incluye entrada de reventa, aéreo y hotel por una noche en San Pablo

En tanto, apenas se confirmó la clasificación, Aerolíneas Argentinas lanzó un vuelvo promocional a San Pablo, como para competir con sus pares brasileñas (Gol y TAM sobre todo). Pero la promoción duró un suspiro antes de agotarse. Ahora, el vuelo de ida y vuelta relámpago desde Buenos Aires cuesta entre 1.500 y 1.800 dólares. Una locura, pero solo quedan algunos lugares disponibles. Incluso, viajar el martes anterior al partido ya es imposible: está todo agotado, en todas las aerolíneas. Pero esas no son las únicas trabas para aquellos que quieran presenciar la semifinal, el alojamiento será otro tema ineludible. Los mejores hoteles, hostels y bed and breakfast en relación de precio, ubicación y calidad están colapsados desde el inicio mismo del Mundial. Aunque la ciudad es tan grande que las ofertas son muy variadas. A tal punto, que todavía se pueden conseguir hoteles de una estrella por 24 dólares y de cinco estrellas por 4.000 dólares… En conclusión, a los argentinos no les será nada sencillo cumplir el sueño y presenciar el duelo ante Holanda, pero eso no les quitará la ilusión de estar lo más cerca posible del equipo y celebrar otro posible gran paso mundialista en pleno territorio brasileño. En absoluto, después de todo, no será la primera vez que invadan Brasil para alentar de cualquier forma y a cualquier precio.