A la segunda semifinal del Mundial de Rusia 2018, Croacia llegó mucho más cansado que Inglaterra: debió superar dos alargues (una hora más de fútbol en total) y los nervios de dos tandas de penales. Se notó en el primer tiempo, pero casi nada en el segundo.

A los seis minutos, Kieran Trippier abrió el marcador con un golazo de tiro libre al mejor estilo David Beckham: en la puerta del área, el lateral derecho remató a la perfección para marcar uno de los tantos más lindos de esta Copa del Mundo.

Sin embargo, después de la hora de juego, Croacia empezó a acorralar a su rival y apareció Ivan Perisic para anticipar a Kyle Walker y empatar el partido. Un resultado que obligó a ir al alargue. 

Pero en el segundo tiempo extra, Mario Mandzukic apareció entre las líneas inglesas y marcó un 2-1 histórico para la remontada croata. 

Por primera vez en su historia, Croacia está en una final del mundo. Y le ganó nada menos que a Inglaterra. ¡Bendito fútbol, señores!