Uno de los nombres que resuena en el mundo cada vez que comienzan los Juegos Olímpicos es el de Éric Moussambani. Se trata de un nadador que dejó una huella imborrable en la historia del deporte mundial por su participación en el campeonato que se llevó a cabo en Sidney 2000.
Nacido el 31 de mayo de 1978, Éric Moussambani representó a Guinea Ecuatorial en el torneo deportivo más importante. Su historia es particularmente famosa porque, a pesar de ser un nadador inexperto, participó en los 100 metros estilo libre y fue apodado “el nadador más lento del mundo” debido a su desempeño en la competición.
Aunque no cumplía con los requisitos para clasificar a Sidney 2000, consiguió un cupo a la cita olímpica gracias a un sorteo que se realizó para incentivar la participación de países en desarrollo. Ya en los Juegos, lo apodaron como el nadador más lento de la historia luego de su marca de 1 minuto y 52 segundos, donde no logró pasar de ronda. Sin embargo, más de 14.000 espectadores asistieron para ver su desempeño y lo alentaron durante la competencia.
Con el paso del tiempo, Moussambani recorrió el mundo como ejemplo de espíritu olímpico. Además, firmó contrato con la prestigiosa marca Speedo y logró que en su Guinea Ecuatorial se construyeran dos piletas olímpicas.
Éric Moussambani se convirtió en una figura del deporte.
¿Qué fue de la vida de Éric Moussambani?
Después de su participación en Sydney, Moussambani siguió entrenando y compitiendo. Sin embargo, no logró participar en Atenas 2004 y años después decidió retirarse de la natación. En la actualidad, con 46 años, es el entrenador del equipo de natación de Guinea Ecuatorial.
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Éric Moussambani y su historia inspiradora
En su momento, para prepararse para los Juegos del 2000, Moussambani tuvo que entrenar ocho meses en la pileta de un hotel ya que no tenía un lugar para practicar en su país. Esto cambió en la actualidad: hay dos piscinas de 50 metros en Guinea Ecuatorial por su gestión. Es reconocido como un ejemplo de espíritu olímpico.