El inicio de Nolberto Solano al frente de la selección sub-23 de Pakistán se saldó con una abultada derrota de 8-1 ante Irak, en el marco de las clasificatorias para la Copa Asiática Sub-23 de 2026. Este resultado no solo fue un duro golpe para el equipo, sino que también puso de manifiesto la magnitud del desafío que enfrenta el técnico peruano desde que asumió el cargo en julio. Su misión es revitalizar el fútbol en un país donde el críquet domina el panorama deportivo y donde el fútbol lucha por encontrar su lugar.
Nolberto Solano fue goleado en su debut
El encuentro, disputado en el Estadio Olímpico de Phnom Penh, Camboya, se inclinó rápidamente a favor de Irak. Los “Halcones” de Pakistán sufrieron un revés significativo a los 30 minutos con la expulsión de un jugador, lo que otorgó a Irak una ventaja numérica que supieron capitalizar. A pesar de un gol de penal anotado por McKeal Abdullah, que ofreció un breve respiro, el resto del partido fue un monólogo iraquí, que exhibió su superioridad técnica y táctica para sellar una victoria contundente.
Esta derrota, más allá de lo anímico, subraya la profunda brecha existente entre el nivel del fútbol pakistaní y el de otras naciones asiáticas. La precariedad en la infraestructura, la limitada inversión en el deporte y la escasa exposición internacional han sido factores que han obstaculizado el desarrollo y progreso del fútbol en Pakistán durante años. Solano, a pesar de su optimismo inicial y su valiosa experiencia como jugador en la Premier League, se enfrenta a una realidad compleja.

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Duro trabajo pendiente de Nolberto Solano
El sistema futbolístico pakistaní necesita una reforma profunda y estructural para poder aspirar a ser competitivo en el escenario internacional. La tarea de Solano no se limita a entrenar; implica construir desde cero en muchos aspectos. Si bien el 8-1 es un resultado descorazonador y un recordatorio de la enorme tarea por delante, es crucial entender que el proyecto de Solano es a largo plazo. Su visión trasciende la búsqueda de victorias inmediatas; su objetivo principal es inculcar disciplina, orden táctico y una mentalidad competitiva en una nueva generación de futbolistas pakistaníes que, en su mayoría, carecen de experiencia significativa a nivel internacional.
El partido contra Irak, por doloroso que haya sido, marca el inicio de un camino arduo y lleno de obstáculos. En este entorno tan poco desarrollado futbolísticamente, el conocimiento, la experiencia y la visión del técnico peruano serán elementos significativos para implementar su filosofía de juego y sentar las bases para un futuro más prometedor para el fútbol pakistaní. Veremos cómo le termina yendo a uno de los principales discípulos de Ricardo Gareca cuando trabajaba en la Selección Peruana

Nolberto Solano en la Selección de Pakistán. (Foto: X).





