En poco tiempo, un nuevo cambio de época se inició. Primero, con el retro de Serena Williams. Y ahora, hace un puñado de días, con elanuncio de Roger Federer. Desde ese momento, el tenis ya no es igual.
El suizo de 41 años (Basilea, Suiza, 8 de agosto de 1981) y ganador de 20 torneos de Grand Slam anunció su retiro al darse cuenta que su cuerpo ya no estaba en condiciones para seguir en la máxima élite. El talentoso tenista formó parte de una época dorada para el deporte mundial con ese terceto de exquisitos jugadores junto con Rafael Nadal, Novak Djokovic y Andy Murray. El legendario Big 4 empezó su faena en 2001 cuando Federer tenía 21 años y vencía a su ídolo Pete Sampras, en la cancha número 1 de Wimbledon, torneo que ganó ocho veces.
El mundo lo abrazó y lo amó como a ningún otro jugador. Carisma y talento en estado puro, Federer supo modificar conductas del pasado que lo tuvieron como un díscolo jugador que rompía raquetas en sus tiempos de jugador junior, en los que gritaba y se maldecía.
Ese cambio, sumado a su exquisita manera de jugar, lo elevaron al sitial de artista del tenis. Elegante, como si fuera un bailarín sobre cualquier superficie mostraba en cada partido una sinfonía de golpes con una fluidez jamás vista. Ver a Federer siempre invitaba a sumergirse en una experiencia sensorial en la que el tenis era la excusa perfecta para ver a una maravilla que jamás abandonó un partido por lesión o enfermedad. Nunca, en sus 1526 partidos individuales (de los cuales ganó 1251) o sus 223 de dobles, dejó un court. Apenas en unas pocas ocasiones dio walk over (no presentación).
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Y eso, sin dudas, el público lo aplaudió siempre como una devolución de mutua gratitud. Por caso, Jimmy Connors, el único hombre que jugó más partidos del circuito que Federer, se retiró en 14 partidos de individuales del circuito. Mientras que Djokovic lo hizo 13 veces y Nadal, en nueve. Un claro indicador de su fortaleza física y mental, incluso cuando las cosas no le salían. Porque, hay que decirlo, claro que Federer falló y perdió. Pero en esos momentos, el suizo supo mantener la compostura, distinción y la caballerosidad.
Además, su físico siempre lo acompaño. De Australia 2000 a Australia 2016, Federer participó en 65 torneos grandes consecutivos. Su raid en Grand Slam eclipsó en Roland Garros en 2016, torneo que no pudo jugar por una lesión.
El reinado era Roger Federer:
El reinado del suizo empezó, paso a paso, hasta convertirse en un notable ganador. Su debut profesional en julio de 1998 en Gstaad, ante el argentino Lucas Arnold Ker, un mes antes de cumplir 17 años. Cuando llegó a lo más alto del ránking mundial, se quedó por largo tiempo.
Accedió al número 1 del mundo el 2 de febrero de 2004, con 22 años y 5 meses. Y es el jugador más veterano en el número 1, cuando trepó a ese sitial en febrero de 2018, con 36 años y 6 meses. De hecho, terminó la temporada como número uno en cinco ocasiones (2004, 2005, 2006, 2007, 2009). Desde 2021, el récord lo tiene Djokovic, que finalizó siete veces la temporada en la cima del tenis mundial.
Estuvo 310 semanas como 1 del mundo, incluidas 237 consecutivas. Lo hizo entre febrero de 2004 y agosto de 2008, un récord que aún permanece en sus manos.
Roger y Rafa. Federer y Nadal, dos de los mejores de todos los tiempos (Getty)
Ganó seis veces los Masters de fin de año (2003, 2004, 2006, 2007, 2010, 2011), torneo que reúnen a los ocho mejores jugadores de la temporada. Escoltado por el mejor Stan Wawrinka, le dio a Suiza su única Copa Davis, en 2014.
Obtuvo 20 torneos de Grand Slam, que lo ubican como el tercer jugador con más títulos grandes, detrás de los 21 Novak Djokovic y los 22 de Rafael Nadal. En Gran Slam cosechó 369 victorias, 27 seguidas entre 2005-2006 y 2006-2007, años en los que hilvanó 41 victorias consecutivas y 17 finales seguidas.
El que más le costó fue Roland Garros, que lo ganó solo en 2009. Además, se quedó seis veces con el Abierto de Australia (2004, 2006, 2007, 2010, 2017, 2018), ocho Wimbledon (2003, 2004, 2005, 2006, 2007, 2009, 2012, 2017) y cinco US Open (2004, 2005, 2006, 2007, 2008).
Ganó ocho títulos en dobles, incluida la medalla de oro olímpica en 2008 en Pekín, con Stan Wawrinka.
Entre Indian Wells 2004 y Miami 2019, cosechó 28 Masters 1000 y los únicos de esa categoría que no pudo conseguir fueron Montecarlo y Roma, sobre polvo de ladrillo, justamente, la superficie en la que menos imponía sus dotes. Claro, allí, chocó siempre con Rafa Nadal, el rey del polvo de ladrillo.
En cifras, el Gran Maestro del tenis, según el sitio de la ATP, ganó 130.594.339 dólares. Y la revista Forbes informó que se ubica en el quinto lugar entre quienes más ganancias tuvieron. Con 1090 millones de dólares, el suizo comparte ese espacio detrás de Tiger Woods (1720 millones), Cristiano Ronaldo (1240), LeBron James (1160) y Lionel Messi (1150). Incluso, sin jugar partidos oficiales desde julio del año pasado, fue el deportista que más dinero obtuvo: 90 millones en sponsors.
Federer ganó ocho veces en la Catedral del tenis (Getty)
Roger Federer: más allá del tenis
El deporte, más precisamente el tenis, le dio una visibilidad única y Federer supo muy bien qué hacer, dentro y fuera de las canchas. Con la fundación que lleva su nombre decidió dejar algo más que su talento para jugar. Por eso, ayuda a los chicos que viven en situación de pobreza y ya gastó 15 millones de dólares para abrir más de 80 escuelas en Malawi, al sureste de África, y donó 1 millón en moneda estadounidense para hacerle frente a la escasez de comida para 64.000 niños africanos mientras las escuelas estaban cerradas durante la pandemia de coronavirus.
Fueron 24 años de exitosa carrera en la máxima elite y el deporte ya extraña a Roger Federer, el artista del tenis. Incluso, antes de su última función en la Rod Laver Cup, un torneo de su autoría.