La situación económica del Barcelona hará que por primera vez en mucho tiempo gran parte de los refuerzos del primer equipo tengan que venir desde sus inferiores. La necesidad de cuidar las arcas va de la mano con volver a dar proyección a los chicos de la casa, quienes tras varios años con las puertas cerradas tendrán oportunidades únicas. Dicho esto, en el Camp Nou ven con preocupación la postura de varios miembros de La Masia.

MARCA recopiló todos los problemas que se le vienen acumulando a Laporta y Mateu Alemany en cuanto al futuro de los canteranos. Varios de los juveniles más talentosos se encuentran poniendo trabas a las negociaciones para darles un nuevo contrato mientras los grandes de Europa esperan por el momento ideal para sacarles de Barcelona. La postura del club es clara, pero igualmente peligrosa teniendo en cuenta lo que se viene.

El primero en poner los puntos sobre la mesa fue Alex Collado. El volante viene siendo de lo mejor de la pretemporada y tras una buena actuación contra Gimnastic mandó un claro mensaje pensando a futuro, donde su contrato finaliza en dos veranos: "No volveré al Barça B. Si me quedo es para estar en el primer equipo".

El caso Moriba y sus consecuencias

El talentoso volante ha venido postponiendo su renovación producto de la negativa del club a hacerle un contrato con estatus de crack. Con solo 18 años ha generado el interés de la Premier y mientras que no renueve, el club tiene claro que no jugará. Una política contundente que muestra el puño de hierro que quiere aplicar la directiva, pero que igualmente expone al joven a situaciones desagrádales.

Fue el propio Moriba quien denunció en sus redes sociales los insultos que viene recibiendo producto de su situación dentro del club. La demora en su renovación ha generado un sinfín de ataques racistas que habrá que ver qué consecuencias tienen en el caso. En Barcelona se muestran inflexibles, en La Masia también y los grandes de Europa esperan.