El partido del día en Italia tuvo un claro vencedor, una muestra absoluta de la tensión con lo que se vivía la previa del choque y a un Inter de Milán que empieza a mirar un poco más hacia la ciudad de Estambul. Si bien queda un océano por delante, estas fueron las cinco claves para entender la victoria de los hombres de Simone Inzaghi por el Derby della Madonnina.
24 horas antes en Real Madrid y Manchester City se robaban las semifinales de la UEFA Champions League, pero ahora era el turno de un Inter y un Milán, que son perfectos ejemplares de la fiesta italiana que se vive por esta semana en los torneos de Nyon. Saltaron al césped de San Siro con el deseo de empezar a hacerse fuertes en una eliminatoria con mucho por perder, también mucho por ganar y con los recuerdos del 2003 más vivos que nunca.
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La idea fue en la casa de los rossoneri, quiénes llenos de bajas y en un irregular momento del curso, debían certificar su condición de príncipe del fútbol europeo ante un Inter de Milán en alza y con buena parte de su plantilla a disposición de Inzaghi. Repetimos que queda un océano por delante, pero por el lado azul de la capital de Lombardía ya se anotan estas cinco claves para entender por qué volver a una final de la Orejona es algo más que viable.
Intensidad desde el minuto uno
Los goles de Edin Dzeko y Henrikh Mkhitaryan abrieron el camino para un Inter que siempre se mostró más consciente de lo que estaba en el juego, que no dudo en salir a por todas incluso jugando como ‘visitante’ y que aprovechó los momentos del partido a la perfección. La primera media hora del equipo Inzaghi, un Masterclass de lo que se necesita para triunfar en este tipo de torneos.
Edin Dzeko: Getty
Hambre
La tensión vivida en Milán desde hace días ha colapsado todo, ha vuelto a poner a la ciudad en el mapa mundial y en un escaparate donde manejar las emociones se hace más que difícil. Inter se aisló de dicho contexto, como si fuese un derbi más que no lo es, mostró toda esa pasión y hambre competitiva que del otro lado del tablero se traducía en errores, dudas y mucho nerviosismo.
Henrikh Mkhitaryan: Getty
Aprovechar las bajas
La ausencia de Rafael Leão se notó desde el primer instante y si bien los de Stefano Pioli fueron mejorando con el correo de los minutos, jamás pudieron siquiera emular las prestaciones de su mejor futbolista. Denzel Dumfries fue un león por banda y tras la salida de Ismael Bennacer, Inter aprovecho para subir aún más sus líneas y controlar un centro del campo donde nunca se sintió inferior.
Denzel Dumfries: Getty
Cuestión de plantillas
Steven Zhang y sus maniobras son muchas veces criticadas en el lado azul de Milano, pero anoche el presidente de la entidad seguramente sea uno de los más reforzados de este primer derbi. La cantidad de opciones con las que contaba Inzaghi tanto sobre el césped como a sus espaldas daban un abanico de posibilidades que no se tenía el otro lado del tablero y que seguramente en la vuelta sean igual de decisivas. Los presidentes, también juegan.
Steven Zhang : Getty
La experiencia también juega
Es cierto que Inter no había pisado una instancia de este tipo desde el año 2010, más si había tenido este tipo de experiencias en una competición que como la Europa League, sirvió para quemar todos los nervios que no se vieron anoche. La derrota con Sevilla en aquella temporada del COVID parece haber endurecido el carácter de un grupo de jugadores que pese a nunca haber levantado un solo título en territorio UEFA, conocía mejor estas instancias que su máximo rival.
Inter de Milán: Getty