Barcelona tuvo su primera prueba de fuego para el bajo de Xavi Hernández en LaLiga. Los Culés viajaban hasta Villarreal para seguir acercándose a los puestos de Champions League. En una noche para el olvido desde el juego, los goles de Memphis Depay, Frenkie de Jong y Coutinho suponen el primer gran triunfo de un ciclo que necesitaba una victoria de esta envergadura.
Los dirigidos por Xavi empezaron mejor que nunca en lo que vamos de ciclo. Gavi y Abde estuvieron cerca de abrir la cuenta en menos de 15 minutos, mientras que Memphis Depay erraba 180 segundos más tarde un mano a mano que increíblemente no entraba en el arco de Rulli. La pólvora seguía mojada en un Barcelona al que le cuesta y mucho concretar sus situaciones. Chances se crean, pero con cada partido que pasa la directiva va ganando argumentos en ese objetivo de traer un 9.
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Dicha falta de puntería por poco le cuesta el encuentro en la primera parte a los Culés. Villarreal subió la intensidad desde los 20 minutos y Barcelona lo sintió. Ante jugadores del físico de Albiol, Capoue o un Dani Parejo que robaba cada vez más arriba, los dirigidos por Xavi veían como el submarino amarillo llegaba a punta de centros a balón parado que Yeremy y Pau Torres no podían concretar. 0-0 al descanso se iban dos equipos cuyas propuestas quedan más que claras sobre el césped.
Redención neerlandesa
Pero Barcelona tuvo su premio de arranque en el segundo tiempo. Un centro de Abde acabó en un remate de Alba que Frenkie de Jong convertiría en gol tras un rebote entre Depay y Rulli. El VAR revisaba una acción anulada por el juez de línea y los Culés se adelantaban en La Cerámica tras 7 remates. Emery enloquecía en la banda ante un jugada milimétrica incluso para la tecnología.
Villarreal volvió a subir el ritmo tras el gol y empezaron nuevamente los problemas. Barcelona sufre físicamente cada acción de juego cuando sus rivales suben una velocidad. De Jong se fue apagando con el tiempo, Alba no podía continuar después de tanto esfuerzo y el submarino rozaba un gol que acabaría llegando con Samu Chukwueze tras un error en salida.
Desde ahí fue un monólogo de los locales, quienes liderados por Parejo merecieron un triunfo que se terminaría convirtiendo en derrota. Un balón en largo de Ter Stegen no fue rechazado por Pervis Estupiñán y Memphis, eludiría a Rulli para poner un 1-2 que si bien no fue merecido, sirve más que nunca para un Xavi que sigue invicto en su ciclo. Minutos más tarde sería Coutinho de penalti quien finalizaría una victoria que deja a Barcelona en los puestos europeos hasta la próxima fecha.