Real Madrid y Barcelona medían fuerzas, estilos y el presente de dos proyectos con más que perder que por ganar esta noche. Si bien todo se definirá en el Camp Nou a principios de abril, hoy era el momento y lugar de dar un golpe sobre la mesa del fútbol español para ambos. Xavi Hernández, un obstáculo infranqueable para Carlo Ancelotti.
180 minutos de élite comenzaban anoche, con un duelo marcado por la polémica en relación con el caso Enríquez Negreira y con un Bernabéu que desde la previa y antes nuestros ojos, se manifestaba de manera clara sobre el tema. Cánticos, pancartas, dardos contra Joan Laporta y billetes con su cara marcaban un Clásico donde había más que una final de Copa del Rey en juego.
ver también
El increíble anti récord que rompió Real Madrid en el Bernabéu ante Barcelona
Ya con el balón en movimiento se siguieron vendo protestas, intensidad y un choque de estilos que se hizo presente durante todos los 90 minutos. Xavi fue conservador, pensó a largo plazo y Carlo Ancelotti mandó su mejor once para buscar una victoria que le pusiese más cerca de la final de Las Cartuja. Los dos goles anulados en menos de 25 minutos (subiría el de Frank Kessie), mejor ejemplo de una noche donde en el Bernabéu podía cortarse la tensión con un cuchillo.
Líder en los mano a mano
Tras una primera mitad marcada por los duelos y las quejas, los hombres dirigidos por Xavi se vieron sometidos por minutos de dura presión por parte de un Real Madrid que buscaba, que acorralaba a su rival pero que pocos o ningún hueco encontraba. Barcelona aguantaba, sus bajas no se notaban e incluso alguna contra de Ferrán Torres por poco termina en el segundo de la noche. Los Merengues cayeron con ni un solo remate a puerta en 95 minutos.
Xavi y sus jugadores en el Bernabéu: Getty
0-4 en LaLiga 2021/2022, 3-1 para Ancelotti en el pasado mes de octubre, 3-1 para Xavi en la Supercopa y el 0-1 de anoche en la ida de semifinales, todos los marcadores de un historial entre los entrenadores de Barcelona y Real Madrid que muestra el poderío del banquillo culé desde que su hijo pródigo regresase a casa. Con o sin la posesión (ayer no pasó del 35%), Barcelona ha encontrado en Xavi la kriptonita de los blancos.