A pesar de tener mucho éxito durante su periplo universitario con Michigan State, Draymond Green fue tomado en la segunda ronda del Draft de la NBA, y nadie pensó que se convertiría en el baluarte defensivo que es hoy en día.

Fue Steve Kerr el que incluyó a Green en el quinteto titular de los Golden State Warriors, y desde entonces su desarrollo como jugador versátil no ha parado, llegando incluso a ganar el premio al Jugador Defensivo del Año.

No obstante, el ala-pívot no siempre fue una pieza importante del proyecto de la bahía, y reconoció recientemente un asistente del equipo enuna entrevista con ESPN que no era muy bueno cuando llegó a la liga:

“Hablé con Draymond después de la temporada y me dijo que no sería el jugador que es hoy en día si hubiera llegado a estos Warriors hace tres años. Me dijo ‘cuando llegué acá, éramos un equipo completamente distinto. Me dieron una oportunidad y fallé muchas veces. Apesté durante mi primer año, en el segundo estuve ok. En el tercero tuve una oportunidad. Eso es difícil para los jóvenes que no tienen esa oportunidad, porque hay jugadores que han estado mucho tiempo acá con roles establecidos. No existe oportunidad para crecer”.

Gracias a su trabajo duro y la oportunidad de fracasar,Green es un All-Star y una pieza fundamental en 3 campeonatos de la NBA, después de llegar a 5 finales de forma consecutiva.

Sin embargo, esta tendencia es la excepción a la regla, y en una liga como la NBA generalmente no hay margen de error para los novatos menos privilegiados.