Que Fernando Gago haya sido el único futbolista de Boca que se fue con cara de pocos amigos tras el triunfo ante Patronato fue la más clara señal de que el histórico mediocampista Xeneize fue el gran perdedor de la jornada de cara a la finalísima de Copa Libertadores del próximo sábado, ante River y en El Monumental.

Aunque tuvo un inicio de partido prometedor, comenzó a fallar pases y a perder pelotas que lo hicieron fastidiar. También recibió un par de golpes que lo dejaron molesto.

Alrededor suyo, en cambio, crecían las figuras de Carlos Tevez, Agustín Almendra e incluso de Cristian Espinoza, quien sería el autor del gol del triunfo Xeneize.

Durante todo el segundo tiempo se vio en Fernando Gago un rostro de decepción, de desaprobación con su rendimiento personal, que no se modificó una vez que el árbitro señaló el final del partido y el público Xeneize cantó más que nunca por esa final de Copa tan trascendental.

Es que quien ayer fue capitán de Boca sintió que no aprobó la prueba clave para ganar protagonismo en el partido que el próximo sábado definirá quién es el nuevo campeón de Copa Libertadores.