En el segundo tiempo suplementario, Juan Fernando Quintero hizo mucho más que frotar esa varita mágica que de vez en cuando lo acompaña.
El colombiano le rompió el arco a Esteban Andrada, el corazón a los hinchas de Boca y la garganta a los de River, que se sintieron acariciando la Copa Libertadores.
¡Una locura!