Todavía se mastica la bronca por haber perdido la localía en consecuencia del reprobable accionar de un grupo de inadaptados que apedreó el micro de los jugadores de Boca que iba camino del Monumental aquel 24 de noviembre en que la Copa Libertadores debía haber definido a su nuevo campeón.

Sin embargo, miles y miles de hinchas de River llegaron hasta Madrid, la nueva e insólita sede elegida por Conmebol, para dar aliento al equipo que conduce Marcelo Gallardo en un partido histórico ante Boca, su clásico rival.

Pero entre todos ellos hay uno que sobresale por encima del resto; por historia, por identidad, por carisma y por todos los títulos que, en sintonía con Gallardo, le ha hecho celebrar al equipo Millonario.

Se trata de Ramón Díaz, quien no había estado en El Monumental pero que se vio favorecido por el cambio de sede y se hizo el viajecito para ver si puede ser, él sí, el amuleto de River en semejante definición.

Desde el Santiago Bernabéu, Ramón ya posó junto al presidente de Conmebol Alejandro Domínguez y también junto a Miguel Ángel Russo, entrenador que en 2007 ganó la última Copa Libertadores que Boca luce en sus vitrinas.